sábado, 7 de diciembre de 2013

Recordando al Titan de bronce

Por: María Teresa Villaverde Trujillo

Imagen de Maceo en sus años de general de brigada (casa museo)

    Antonio Maceo y Grajales es considerado uno de los líderes independentistas más destacados de la segunda mitad del siglo XIX en América Latina. Murió el 7 de diciembre y esa fecha se conmemora como DUELO NACIONAL y LUTO DE LA PATRIA porque su muerte representa a la vez, el sacrificio de la vida de todos aquellos que lucharon durante las tres guerras cubanas y en las distintas “conspiraciones” diseminadas por la isla de Cuba en busca de la independencia.
Nace Antonio de la Caridad Maceo Grajales en Majaguabo, San Luis, Santiago de Cuba, el 14 de junio de 1845, hijo de un mestizo venezolano y de una morena liberta cubana de padres dominicanos. Bautizado en agosto 26 de ese año en la iglesia de Santo Tomás
Apóstol, Santiago de Cuba
El 10 de octubre de 1868 Carlos Manuel de Céspedes en su ingenio La Demajagüa lanza el grito de ¡Viva Cuba Libre!, y en la noche del 12 Antonio Maceo se alza en armas como soldado, con las fuerzas del capitán Juan Bautista Rondón.
Cuenta solo 23 años de edad cuando es nombrado capitán abanderado, y por su coraje y decisión lo ascienden a sargento. Durante los primeros días de noviembre gana el grado de teniente bajo las órdenes del coronel Juan Monzón, oriundo de Islas Canarias. Maceo bajo las órdenes directas del general Donato Mármol- es ascendido a capitán y nombrado Jefe del Batallón de Majaguabo; y más tarde logra el grado de comandante por su desempeño en la defensa de Bayamo; y por sus exitosas operaciones en Mayarí y Guantánamo es ascendido a Teniente Coronel.
En octubre de 1871 el general Máximo Gómez lo nombra Coronel y Maceo recibe el diploma firmado por el presidente Carlos Manuel de Céspedes por sus victorias ante el Ejército español. Más tarde es ascendido a brigadier en reconocimiento a su valiente actuación en las victoriosas acciones de Rejondón de Báguano, la toma de Holguín, Los Pasos y El Zarzal y así hasta llegar al combate en Mangos de Mejía, en 1877, cuando Maceo recibe ocho heridas de balas y salva la vida gracias a la actuación de su hermano José. Tiene 32 años de edad.
Durante su convalecencia se efectúan negociaciones para el cese de las hostilidades entre el Ejército Libertador cubano y el Ejército español en Cuba, llegando a firmarse el Pacto de Zanjón documento que se hace valido el 10 de febrero de 1878 y que origina la "Protesta de Baraguá" por Antonio Maceo y un grupo de sus oficiales, y en su consecuencia la creación de la Constitución de Baraguá, y la continuación de la guerra por unos días mas aunque sin recibir el apoyo del ejercito cubano. A tal efecto Maceo se retira de la contienda hacia el extranjero dándose por terminada la Guerra de los Diez Años.
Fracasa un nuevo intento: la Guerra Chiquita. Pasan algunos años y llega el momento de lanzar otra vez el grito de ¡Viva Cuba Libre! con el alzamiento de la guerra justa y necesaria, la organizada por Jose Martí desde el exterior. Antonio Maceo regresa a la isla entrando por Duaba en la región de Baracoa. Significativa la reunión de los tres grandes en la finca La Mejorana y tras varias batallas inmortales regresa a Baraguá desde donde parte a realizar la invasión de Oriente a Occidente hasta situarla en Mantua la región extrema pinareña. Para regresar a la provincia de La Habana cruza la trocha Mariel-Majana por la bahía quedando en tierra su tropa; y aparece días después por los alrededores de Punta Brava donde le aguardaba el regimiento Santiago de las Vegas.
Al día siguiente temprano en la mañana se presenta en la finca Purísima Concepción. Son las dos de la tarde y recostado en la hamaca oye disparos y una voz de alarma: "¡fuego en San Pedro!". Ordena ir a combatir.
Mas la batalla no le es favorable a los cubanos. La tropa española seguía avanzando y los mambises se hayan atrapados ante una cerca de púas que impide continuar la marcha. El fuego se ha generalizado, y por cosas de un extraño destino Maceo cae por el lado izquierdo de su caballo, alcanzado por dos disparos. Se incorpora y otro impacto le alcanza en el tórax.
Aun en plena batalla Panchito Gómez Toro al llegar junto al cuerpo del Lugarteniente General es balanceado perdiendo la vida en un acto de rescate.
Ambos cadáveres son recuperados por el coronel Juan Delgado González, trasladados a la finca "La Dificultad" en la Loma del Cacahual donde fueron sepultados en lugar secreto hasta que Cuba se hizo independiente.
Había librado más de 800 acciones de guerra y había derrotado en el campo de batalla a grandes tropas enemigas que le aventajaban en hombres y armamentos.
Antonio Maceo tenía 52 años de edad y en su cuerpo veinte y cuatro cicatrices de heridas de balas y de armas blancas. Fusionadas como glorias con las que recibió en el momento de su muerte hacen un total de veinte y seis remembranzas huellas en una sola complexión humana.


Oleo del patriota y pintor cubano Armando Menocal  (imagen cubanidades)

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