miércoles, 29 de mayo de 2013

Apropósito de la caída en combate del Apóstol de Cuba José Julian Martí Perez

                                          De Cara al Sol
                                   Por: Maria Teresa Villaverde Trujillo
                                                                      

Hagamos un poco de historia referente a esta muy triste fecha: Mayo 19, 1895.
según declaración escrita del Coronel José Ximenez de Sandoval,-conservada en el Archivo General en Segovia, a él le había sidoconfiado el mando de la columna protectora de un numeroso convoy de acémilas pero teniendo noticias de que los insurrectos con sus jefes de mayor prestigio se hallaban acampados cerca del río Contramaestre decidió apostarse convenientemente en espera del paso de la tropa cubana y en ese preciso momento presentar combate.

Hacía escasamente dos horas que Máximo Gómez había regresado al campamento cuando se da aviso de ¡enemigo a la vista! y el General ordena ¡a caballo! y dice a Bartolomé Masó: siga con todos sus hombres detrás de mi; y salen todos, y detrás les sigue José Martí formando parte del escuadrón.

Todos, ambas huestes, situados cerca del río Contramaestre. Gómez, Masó y sus hombres a la espera de un preciso momento, cuando impetuosamente un joven acepta orden de un superior y se enfrentan a campo abierto ofreciendo al enemigo fácil objetivo visual. Con algunas bajas la columna española resulta victoriosa, quedando, según testimonio de Sandoval, "muerto sobre el campo el titulado presidente de la República Cubana D. José Martí, muriendo además los titulados Coroneles Vellito y Lora, Comandante Estrada, titulado Teniente Coronel Norte americano Voiton y un corresponsal de un periódico americano. 

Al caer mortalmente herido a unos cuantos metros de la margen derecha del río, montaba Jose Martí un hermoso caballo blanco de crines rubias, vestía saco oscuro y pantalón claro, y relucía en su mano derecha una sortija de hierro con la palabra CUBA. 

 El sitio se llama La Jutia siempre cubierto de monte y de la hierba de guinea.

De acuerdo a la declaración por escrito dirigida al Dr Elpidio M. Palma, marzo 1916, el Coronel del Ejercito Libertador Dominador de la Guardia Diéguez ,testigo presencial de la tragedia de Dos Ríos, él y su hermano Angel de la Guardia eran en aquellos momentos ayudantes del General Bartolome Masó.  

Narra Dominador: 
Iban cabalgando juntos al frente de las tropas dirigiéndose hacia Boca de Dos Ríos (entronque del río Cauto y el Contramaestre) La columna nos esperaba en formación cerrada de tres lineas, y rompió el fuego.  A la orden del general Gómez de alto, nos detuvimos en ese momento  el General Masó estaba al lado del general Gómez, este le dijo a Martí: aquí, le señaló detrás de el, como para ampararlo con su cuerpo, yo estaba al lado del General Maso y mi hermano Angel al lado mío y junto a Martí. Al romper el fuego contra la columna Martí convidó a mi hermano Angel para seguir adelante y así lo hicieron mi hermano no tenia autoridad para detener al presidente

y sucedió lo inevitable:
Las descargas llenaban el espacio.  Sin comprender el peligro, el Delegado olvida la orden del General en Jefe y en un incontrolable impulso insta su corcel adelantándose a los demás.  El caballo blanco con su preciada carga corrió por la anchurosa sabana presentándose de frente a la avanzada española escondida detrás de un portón cubierto por un alto herbazal..
y con el humo de los disparados no nos dimos cuenta de su avance y se adelantaron a nosotros como 50 metros al llegar a esa distancia presentaron un blanco magnifico a las fuerzas españolas y estas le hicieron una descarga cerrada...

Por tres heridas, una en la mandíbula, otra en el pecho y la tercera en un muslo- vertía la sangre en aquella tarde infausta de 1895. De este mundo partió a la eternidad en una cita rápida, ligera, ¡inmortal!. Nunca mas se oyó la voz del faro excelso de la doctrina patria. Salió a combatir y murió de cara al sol. Su sangre se mezcló con la tierra en la sabana de Dos Ríos. Allí, donde a modo de monumento apilaron mas de cien piedras y enterraron una tosca cruz de madera donde se leía:
UN HEROE
El caballo que montaba José Martí regresó al campamento cubano.
Y la noticia llegó a la Capitanía General en La Habana en este término:
Ha muerto el "presidente" de la revolución cubana.  

                                                      
                                                    «Yo evoque la guerra: 
                                mi responsabilidad comienza con ella en vez de acabar»
                                                           (José Martí)



Mayo 19, 2013
Expresivas gracias a Mario García quien me proporcionó la carta del coronel del ejercito libertador Dominador de la Guardia

domingo, 26 de mayo de 2013

Sobre Post Anterior de la Foto Martiana

Estimados amigos, luego de mis dudas e indagaciones, hemos podido aclararnos de que la foto "descubierta" en al Museo de Guanabacoa de la Capital cubana, no es original. Es una curiosa "composición pictórico- fotográfica" de una foto hecha a Martí en Kingston, Jamaica en 1892. Ya un estudio publicado en el anuario del Centro de Estudios Martianos de 1985 lo había aclarado.
Para disipar dudas exponemos ambas fotografías y  precisar opiniones respecto a la referencia de la misma de fecha y lugar, así como la imagen en si misma.

La "encontrada" en el Museo de Guanabacoa, de cuerpo entero  (Copia)

Original de 1892

El articulo aclaratorio fue publicado en www.caféfuerte.com por Manuel  Zayas

miércoles, 22 de mayo de 2013

Descubierta nueva foto de José Martí con 42 años

Reproducimos aquí una foto rescatada y mejorada en un proceso de digitalización. La diapositiva fue hallada en el museo de Guanabacoa, en la capital cubana.
La polémica, el debate y la deducible investigación viene de lo curioso de la fecha en la dedicatoria. Hay pocos elementos que muestran a Martí en la habana pocos meses antes de morir.

"Maria Luisa, este es un retrato de tu primo Pepe con 42 años, poco antes de morir victima de su destino. Cuídalo y conservarlo con el cariño que el les tuvo a todos ustedes".
Tu tía Leonor. Habana 26 de septiembre
Ramón Corral, Fotógrafo
O Reilly 66 altos Habana.

martes, 21 de mayo de 2013

Parábola: El Silencio Divino.



 Cuenta una antigua leyenda  Noruega de un hombre llamado Haakon que pasaba horas y horas mirando la imagen de un Cristo en la Cruz. Esta cruz era muy antigua y a ella acudía mucha gente a orar con fiel devoción y a pedir milagros.
Un día Haakon quiso pedirle un deseo, le impulsaba un sentimiento generoso. Se arrodilló ante la Cruz y dijo:
"Señor quiero padecer por ti en la cruz, déjame reemplazarte y se quedó con la mirada fija en la cruz como esperando una respuesta"
El señor milagrosamente abrió los labios y de lo alto cayeron palabras susurrantes y amonestadoras :
"Siervo mío, accedo a tu petición pero ha de ser con una condición"
Cual sería señor ¿es una condición difícil? estoy dispuesto a cumplirla con tu ayuda, dijo el anciano.
- Prométeme que veas lo que veas, oigas lo que oigas siempre vas a guardar silencio.
 Haakon contesto, te lo prometo señor y se efectuó el cambio.
Nadie notó el cambio, nadie reconoció a Haakon colgado de los clavos en la cruz y el Señor ocupó el lugar de Haakon. Y Este cumplió su promesa por largo tiempo, a nadie dijo nada.


Pero un día vino un rico a orar y luego al marcharse dejo olvidada su cartera. Haakon la vio y calló.
Más tarde vino un pobre también a orar, vio la cartera y se apropio de ella y se marcho. Haakon tampoco dijo nada, solo calló.
Tampoco dijo nada cuando al poco rato vino un chico joven a orar antes de emprender un largo viaje. En ese momento aparece el rico en busca de la cartera que había olvidado y pregunta al joven pensando que este la había tomado, !dame la cartera le dijo a joven¡ no tengo tu cartera, no he cogido nada, increpo de nuevo el rico, !devuelbeme la cartera que me has robado¡ no he robado nada¡ repetía el joven¡ y en el preciso momento que el rico se abalanzaba hacia el chico con la idea que le devolviera su cartera, Sonó desde lo alto una fuerte voz que dijo, !Basta ya¡ Ambos miraron hacia arriba y vieron que la imagen hablaba. Haakon no pudo permanecer en silencio al ver como el rico increpara y casi agrede al joven por la falsa acusación. El rico quedo anonadado y ambos abandonaron la ermita desconcertados con lo que  les había pasado. El chico partió a emprender su viaje.
Cuando todo se había calmado, Cristo se dirigió al anciano y le dijo:
!Baja de la cruz, no has sabido cumplir tu promesa, no has guardado silencio¡


¿Pero como iba a permanecer en silencio ante tanta injusticia?
En ese momento el Señor volvió a ocupar su lugar en la Cruz y le habló:
"Tu no sabías que el rico iba a tomar ese dinero para comprar la virginidad de una joven mujer, en cambio el pobre, si lo necesitaba para alimentar a sus hijos, por otro lado, al joven, su pelea con el rico le hubiera impedido hacer el fatal viaje que acaba de emprender, hace unos minutos acaba de perder la vida en el barco que viajaba, tu no lo sabías y yo si, por eso callo"
El Señor nuevamente guardó silencio.
Muchas veces no entendemos ¿por que Dios no nos contesta, por se queda callado? Siempre quisiéramos que el nos conteste lo que queremos oír, y Dios no es así. Muchas veces el nos contesta hasta con su Silencio Divino, solo que no le escuchamos, no le entendemos.
Debemos aprender a escuchar su silencio. Sus actos son destinados a convencernos de que ÉL sabe lo que esta haciendo. El su quietud nos dice:
"Confiad en mi, sé lo que debo hacer!

Anónimo


La ultima carta escrita por José Martí, un día antes de su caída en combate.

Manuel A. Mercado y de la Paz, el amigo de Martí ( Mexico  1838-1909)


Campamento de Dos Ríos. 18 de mayo de 1895
Sr. Manuel Mercado

Mi hermano queridísimo: Ya puedo escribir; ya puedo decirle con qué ternura y agradecimiento y respeto lo quiero, y a esa casa que es mía, y orgullo y obligación; ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país, y por mi deber-puesto que lo entiendo y tengo ánimos con que realizarlo-de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso. En silencio ha tenido que ser, y como indirectamente, porque hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas, y de proclamarse en lo que son, levantarían dificultades demasiado recias pa alcanzar sobre ellas el fin. Las mismas obligaciones menores y públicas de los pueblos,-como ese de Vd. y mío,-más vitalmente interesados en impedir que en Cuba se abra, por la anexión de los imperialistas de allá y los españoles, el camino, que se ha de cegar, y con nuestra sangre estamos cegando, de la anexión de los pueblos de nuestra América al Norte revuelto y brutal q. los desprecia,-les habrían impedido la adhesión ostensible y ayuda patente a este sacrificio que se hace en bien inmediato y de ellos. Viví en el monstruo, y le conozco las entrañas;-y mi honda es la de David. Ahora mismo, pocos días hace, al pie de la victoria con que los cubanos saludaron nuestra salida libre de las sierras en que anduvimos los seis hombres de la expedición catorce días, el corresponsal del Herald, q. me sacó de la hamaca en mi rancho, me habla de la actividad anexionista, menos temible por la poca realidad de los aspirantes, de la especie curial, sin cintura ni creación, que por difraz cómodo de su complacencia o sumisión a España, le piden sin fe la autonomía de Cuba, contenta sólo de que haya un amo, yankee o español, que les mantenga, o les cree, en premio de su oficio de celestinos, la posición de prohombres, desdeñosos de la masa pujante,-la masa mestiza, hábil y conmovedora, del país,-la masa inteligente y creadora de blancos y negros. Y de más me habla el corresponsal del Herald, Eugenio Bryson:-de un Sindicato yankee,-que no será,-con garantía de las Aduanas, harto empeñadas con los rapaces bancos españoles, pa q. quede asidero a los del Norte,-incapacitado afortunadamente, por su entrabada y compleja constitución política, para emprender o apoyar la idea como obra del gobierno. Y de más me habló Bryson,-aunque la certeza de la conversación q. me refería sólo la puede comprender quien conozca de cerca el brío con que hemos levantado la revolución,-el desorden, desgano y mala paga del ejército novicio español,-y la incapacidad de España pa allegar, en Cuba o afuera los recursos contra la guerra q. en la vez anterior sólo sacó de Cuba: Bryson me contó su conversación con Martínez Campos, al fin de la cual le dio a entender este q. sin duda, llegada la hora, España preferiría entenderse con los E. Unidos a rendir la Isla a los cubanos.-Y aun me habló Bryson más: de un conocido nuestro y de lo q. en el norte se le cuida, como candidato de los Estados Unidos, pa cdo. el actual presidente desaparezca, a la presidencia de México. Por acá, yo hago mi deber. La guerra de Cuba, realidad superior a los vagos y dispersos deseos de los cubanos y españoles anexionistas a que sólo daría relativo poder su alianza con el gobierno de España, ha venido a su hora en América, para evitar, aun contra el empleo franco de todos esas fuerzas, la anexión de Cuba a los Estados Unidos, que jamás la aceptarán de un país en guerra, ni pueden contraer, puesto que la guerra no aceptará la anexión, el compromiso odioso y absurdo de abatir por su cuenta y con sus armas una guerra de independencia americana.-Y México-¿no hallará modo sagaz, efectivo e inmediato, de auxiliar, a tiempo, a quien lo defiende? Sí lo hallará,-o yo se lo hallaré. Esto es muerte o vida, y no cabe errar. El modo discreto es lo único que se ha de ver. Ya yo lo habría hallado y propuesto. Pero he de tener más autoridad en mí, o de saber quién la tiene, antes de obrar o aconsejar. Acabo de llegar. Puede aún tardar dos meses, si ha de ser real y estable, la constitución de nuestro gobierno, útil y sencillo. Nuestra alma es una, y la sé, y la voluntad del país; po estas cosas son siempre obra de relación, momento y acomodos. Con la representación que tengo, no quiero hacer nada que parezca extensión caprichosa de ella. Llegué, con el general Máximo Gómez y cuatro más, en un bote, en que llevé el remo de proa bajo el temporal, a una pedrera desconocida de nuestras playas; cargué, catorce días, a pie por espinas y alturas, mi morral y mi rifle,-alzamos gente a nuestro paso; siento en la benevolencia de las almas la raíz de este cariño mío a la pena del hombre y a la justicia de remediarla; los campos son nuestros sin disputa, a tal punto, que en un mes sólo he podido oír un fuego; y a las puertas de las ciudades, o ganamos una victoria, o pasamos revista, ante entusiasmo parecido al fuego religioso, a tres mil armas; seguimos camino, al centro de la Isla, a deponer yo, ante la revolución que he hecho alzar, la autoridad que la emigración me dio, y se acató adentro, y debe renovar, conforme a su estado nuevo, una asamblea de delegados del pueblo cubano visible, de los revolucionarios en armas. La revolución desea plena libertad en el ejército, sin las trabas q. antes le opuso una Cámara sin sanción real, o la suspicacia de una juventud celosa de su republicanismo, o los celos, y temores de excesiva prominencia futura, de un caudillo puntilloso o previsor; pero quiere la revolución a la vez sucinta y respetable representación republicana,-la misma alma de humanidad y decoro, llena del anhelo de la dignidad individual, en la representación de la república, que la empuja y mantiene en la guerra a los revolucionarios. Por mí, entiendo que no se puede guiar a un pueblo contra el alma que lo mueve, o sin ella, y sé cómo se encienden los corazones, y cómo se aprovecha para el revuelo incesante y la acometida el estado fogoso y satisfecho de los corazones. Pero en cuanto a formas, caben muchas ideas: y las cosas de hombres, hombres son quienes las hacen. Me conoce. En mí, sólo defenderé lo que tengo yo por garantía o servicio de la revolución. Sé desaparecer. Pero no desaparecería mi pensamiento, ni me agriaría mi oscuridad.-Y en cuanto tengamos forma, obraremos, cúmplame esto a mí, o a otros.
Y ahora, puesto delante lo de interés público, le hablaré de mí, ya que sólo la emoción de este deber pudo alzar de la muerte apetecida al hombre que, ahora que Nájera no vive donde se le vea, mejor lo conoce, y acaricia como un tesoro en su corazón la amistad con que Vd. lo enorgullece. Ya sé sus regaños, callados, después de mi viaje. ¡Y tanto q. le dimos, de toda nuestra alma, y callado él! ¡Qué engaño es esta y qué alma tan encallecida la suya, que el tributo y la honra de nuestro afecto no ha podido hacerle escribir una carta más sobre el papel de carta y de periódico que llena al día¡
Hay afectos de tan delicada honestidad,
José Martí