Por: Ernesto L. Ocaña Gallardo.
Cuando aún nuestra patria sufría el látigo de la esclavitud del régimen español, viene al mundo, un 17 de Enero de 1885 en la casa de Jesús Peregrino nº 2, en C. de la Habana nuestro inolvidable Antonio de La Piedra. Creció rodeado de afecto familiar. Sus estudios secundarios los inició en el colegio “San Anacleto”, donde se graduó de bachiller a los catorce años. Ingresa mas tarde en la Universidad Nacional para estudiar la carrera de farmacéutico, y a los dieciochos años obtiene el título de Doctor en esta materia. De su persona, dijo el destacado académico René Lufriú “…de estatura alta, de complexión atlética, disimulada por su esbeltez y gentileza, tenía siempre cálida imponente sugestión. Llenaba con su presencia gallarda la sala, la tribuna, la calle… Sus cualidades intelectuales y morales sobre-excedían a sus condiciones físicas”.
Presintiendo la fugacidad de sus días se desentendió de las inútiles tentaciones del placer mezquino, fiestas mundanas o posiciones acomodaticias. El 8 de Diciembre de 1906 recibe la luz masónica en la logia “Hijos de América”, asciende a Compañero en Enero de 1907 y en Marzo de ese año es exaltado al grado de maestro. Mientras que para muchos el triunfo está en satisfacer apetitos personales, practicar la caridad para recibir el reconocimiento social, o desarrollar carreras de títulos y sitiales, para Antonio de la Piedra el triunfo consistía en “…ponerle freno a las pasiones desdeñables, y captar en el alma la armonía de justicieros principios”… El 1º de Septiembre de 1913 se afilia a la Respetable Logia “Minerva”, que vio en él un guía de tal rectitud que lo asumió como Venerable Maestro durante seis años hasta 1920, que es electo como Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba de A.L. y A.M. Este mérito no lo recibe por el triunfo de su simpatía sobre los HH., ni por arrebatarle su nombre a “Minerva”, fue el resultado de su sacrificio y honrada entrega a la institución, pues antes había fungido como: Gran 2º Diácono; Gran 1º Vigilante como miembro del Soberano Capítulo Rosa “Claudio Justo Vermay”, y presidente de la “Asociación de Beneficencia Masónica”; 2º Teniente Comendador del Consistorio Santiago. El Supremo Consejo de Colón le otorga el grado treinta y tres. En el mundo social fue cofundador de la Cruz Roja Cubana por lo que recibió las más altas distinciones nacionales e internacionales; es nombrado Inspector General del Cuerpo Farmacéutico; Perteneció a la junta de Gobierno, como presidente de la Sección de Agricultura, Industria y Comercio de la “Sociedad Económica de Amigos del País”. Estos son apenas algunos méritos. El Ilustre H.·. Piedra abandona su cuerpo enfermo un día 10 de Febrero de 1921.
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