sábado, 5 de febrero de 2011

Entrevista al campeón cubano de Scrabble

PALABRA Y MEMORIA DE UNA PASIÓN
Una partida de Scrabble con el campeón cubano
Por José Antonio Michelena

Rolando Guadalupe estudió Medicina Veterinaria, de lo cual no se arrepiente, pero acaso la Filología, especialmente la Lingüística, se perdió a un investigador de excelencia porque la verdadera pasión de este habanero de 61 años son las palabras. Su entrenada memoria acumula un enorme caudal de palabras que entrecruza con otras para formar muchísimas combinaciones. Es un ejercicio constante, una práctica habitual que realiza mientras camina por una calle, se transporta en un ómnibus, o espera su turno en la cola de un mercado. En cada sitio hay palabras que lo provocan. No por gusto es el campeón cubano de Scrabble. Una conversación con Guadalupe es entrar en el reino de las palabras.
            Pero una pasión no se alcanza en un día. Guadalupe comenzó a gustar de las palabras muy temprano, pues adquirió el hábito de lectura desde la niñez (vivía frente a una biblioteca) y leyó novelas de aventuras, pero también a los clásicos de la lengua, por tanto su cultura lectiva es vasta y en continuo crecimiento. Un jugador de Scrabble de su nivel debe manejar un amplísimo vocabulario y tenerlo activo en la memoria.
            Aunque el juego de Scrabble, creado en 1938 por Alfred Mosher Butts, hace varias décadas que recorre el mundo, su conocimiento en la Isla apenas está comenzando y no es hasta 2006 que un grupo de jugadores establece su cuartel en la Biblioteca “Rubén Martínez Villena”, de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y dos años después tiene lugar aquí un torneo con rango internacional que mostró a la Federación Internacional de Scrabble en español (FISE) la fuerza de varios jugadores cubanos, suficiente para ganar y perder en los campeonatos mundiales. Rolando Guadalupe, el local mejor ubicado, fue invitado a participar en el Mundial de Isla Margarita, Venezuela, en 2009.
            Guadalupe no pudo estar presente en Venezuela 2009, pero ese propio año ganó su derecho para el siguiente Mundial y, gracias a la generosidad de sus colegas y a una cuota de sacrificio personal, compitió en el XIV Campeonato Internacional de Scrabble en Español, celebrado en San José de Costa Rica en diciembre de 2010. Y no lo hizo mal.
            Aunque han transcurrido casi dos meses del campeonato en el país centroamericano, Guadalupe aún está cargado de energía. En términos competitivos ganó diez partidas, perdió diez y entabló una. Con 10 puntos y medio ocupó el lugar 45 entre 90 jugadores procedentes de 16 países (12 de América Latina, 3 de Europa y Estados Unidos). Fue el quinto entre los debutantes y logró un alto promedio de 455,29 puntos. Entre sus victorias hay una de mucho mérito contra el bicampeón mundial (2009 y 2010), el argentino Luis Pichiochi.
            Los países de mayor fortaleza en el Scrabble en español son Venezuela, Argentina, España y México, pero tres mujeres uruguayas le dieron el segundo lugar por naciones a su país en este Mundial –ganado por Argentina– relegando a españoles y venezolanos al tercer y cuarto escalón. La competencia por naciones es independiente a la individual. En aquella los equipos ocupan tres tableros a la vez, tal como sucede en las olimpiadas de ajedrez. Los países representados solo por uno o dos jugadores integran un combinado que, en esta ocasión, incluyó a un cubano, un paraguayo, un suizo, una colombiana y dos peruanos.
            Entre el saldo de experiencias acumuladas en el campeonato, Guadalupe destaca la confraternidad observada entre los jugadores de los equipos nacionales que en los países de más fuerza pueden ser hasta diez miembros. Ese espíritu amistoso se expande igualmente hacia el resto de los contendientes. El campeón cubano habla con admiración del conocimiento lexical de algunos colegas con los que intercambió, a los cuales define como verdaderas enciclopedias bípedas, mas en todos los casos tienen una relación con el Scrabble más antigua que él, quien lo practica desde hace solo cuatro años.
            Un buen jugador de Scrabble no solo debe tener activo un voluminoso registro de palabras en su memoria, sino también desarrollar una adecuada estrategia de combate ante cada adversario y ser muy rápido en los cálculos mentales, pues debe sumar velozmente los tantos de cada jugada. Guadalupe me demostró que es capaz de buscar cualquier palabra en el Diccionario de la Real Academia (DRAE) en un máximo de ocho segundos.
            El Scrabble comparte varios rasgos con el ajedrez y el dominó. Guadalupe confiesa ser un buen jugador de este último y, en el pasado, organizaba campeonatos en el barrio. Pero fue la atracción por los crucigramas el origen de su amor incondicional hacia el juego de las palabras. Desde niño buscaba cuanto crucigrama había en las revistas y creaba códigos para resolverlos en el menor tiempo posible.
            En la memoria del campeón están, listas para ser utilizadas cuando sea necesario, las ochenta y nueve palabras de letras del castellano, e igualmente casi todo el medio millar de voces de tres letras existentes en nuestra lengua madre. Quien quiera jugar duro en el Scrabble tiene que trazarse esa tarea.
            Guadalupe nos dijo que le dedica al estudio del juego unas ocho horas a la semana, pero eso no incluye el tiempo de los viajes a su centro de trabajo, el cual aprovecha para la fijación de las palabras que tiene anotadas en una libreta. De cualquier manera, su mente siempre está a la caza de cada vocablo que se cruza en su camino: una valla, un afiche, una señalización, dispara el dispositivo lúdico.
            Ganar torneos, estar en la elite, no tiene que ser necesariamente la meta de cada jugador porque los aportes del Scrabble exceden esas ambiciones: su práctica amplía el dominio de la lengua, enriquece la cultura, expande las relaciones sociales, fortalece los vínculos de amistad. Esa ganancia está muy clara entre los miembros del Grupo Promotor de Scrabble en la Biblioteca “Rubén Martínez Villena”, del cual Guadalupe es vicepresidente. Ellos aprovechan cada oportunidad que se les presenta de propagar su conocimiento entre la población, pero la familia cubana de este juego aún es pequeña.
            Entre las causas que limitan la expansión del Scrabble en la Isla están la dificultad en obtener los juegos (tablero y fichas), los cuales no se venden en las tiendas del país, y la exigua cantidad de cubanos con conexión a internet para jugar en el sitio reddeletras. Sin embargo, los tableros y las fichas pueden construirse artesanalmente como lo han hecho los miembros de un proyecto en la biblioteca “Manuel Cofiño” de Arroyo Naranjo, empeñados en difundir su práctica entre las escuelas del municipio. Está probado que los estudiantes que juegan Scrabble corrigen sus deficiencias con la ortografía, resultan aventajados en gramática e incluso en matemática, por el constante cálculo numérico que realizan en las partidas.
            Rolando Guadalupe espera poder asistir al próximo campeonato mundial de Scrabble en México, aunque eso no le quita el sueño. Ahora mismo su mayor deseo es que la práctica del Scrabble crezca en la Isla velozmente para que una mayor cantidad de cubanos comparta su pasión

1 comentario:

  1. Esperemos que Rolando Guadalupe ( mi suegro ) pueda seguir cosechando trinfos y que hayan mas posibilidades para este instructivo juego a nivel nacional
    Carlos

    ResponderEliminar