martes, 19 de julio de 2011

Masones canarios del siglo XIX ( I )

Miguel  B. Espinoza  de los Monteros Rodríguez ( imágen valletaoro.com )

   No es que en la actualidad no existan masones relevantes, pero las circunstancias y la situación son  bien distintas. Cuando algún día nos demos cuenta de que estamos haciendo historia, hablaremos de ello.
   La época a la cual nos  vamos a referir es la que históricamente fue mas propicia para el auge y desarrollo de la Orden de “la escuadra y el compás”. Esa a la que muchos ignorantes catalogan de secta don ansias de poder y  de satanismo, desconociendo los aportes de esta Orden a la humanidad desde todo punto de vista y espacialmente a la sociedad Canaria donde tantos de sus mejores hijos, políticos, comerciantes, periodistas, profesores, aristócratas, republicanos y liberales han engrandecido nuestras filas y las de la historia de estas islas con su actuar en bien del prójimo.
   Ubiquémonos  en la segunda mitad del siglo, la “gloriosa” de 1868, la caída de Isabel II, la primera republica y en triunfo del liberalismo y el republicanismo, así como los errores de la política interna y externa había abierto un camino que aunque luego no se supo despejar, estaba  abierto este, y había que transitarlo.
   De igual manera las islas veían una tenue luz que les alumbraba ese escabroso camino que muchos hombres de bien, masones en su mayoría, escribirían la historia del republicanismo, el laicismo y el liberalismo.
   Muchos canarios se destacaron en esa época con las ideas más avanzadas, algunos de los cuales vamos a tratar de rescatar para que su  nombre no solo sea conocido en una calle o por los historiadores, Nombre que engrandecen las mejores ideas y nuestra Institución como antorcha de luz.
   La masonería no hace labor proselitista, ni toca a las puertas de los hogares para llevar nuestro actuar. Los masones se destacan en silencio, con humildad y sencillez. Admito no obstante que de hacer más, el pueblo y la sociedad actual, tendrían de nosotros una idea cabal y exacta de ¿Qué es la Masonería? Y ¿Quiénes son los masones?
   El “ejemplo” es nuestra mejor herramienta para demostrar que nuestros detractores, son los enemigos del conocimiento, la tolerancia y el fanatismo.
   Ningún grupo de hombres que se reúna bajo el tríptico de “libertad, igualdad y fraternidad” puede ser enemigo del progreso humano.
   De todo ese grupo de hombres distinguidos en la sociedad canaria que se destacaron por sus más avanzadas ideas podemos citar a varios, por el momento vamos  a referirnos a uno que más que por su actuar se destacó por su palabra escrita:
Miguel Buenaventura de los Monteros Rodríguez  nació en Cuba el 14 de julio de 1838. La mayor parte de su infancia transcurrió en el Hierro. Los primeros estudios los realiza en Las Palmas y luego se licencia en Medicina y Cirugía en la Universidad de Madrid, ya médico se casa con la señorita Adelaida Hernández con la cual hace una bella familia de con seis hijos. Ella fallece en 1883
   El hermano “Servet” nombre simbólico que adoptó de aquel insigne medico español asesinado por el fanatismo religioso era un hombre activo en su profesión por lo que trabajo en varios municipios tinerfeños, sobre todo en Santa Cruz de Tenerife, Guimar y La Orotava. Destacándose por su laboriosa profesionalidad, humildad, labor caritativa y amor a su trabajo, siendo uno de los medicos mas admirados de la isla. Como medico del hospital de la Orotava, coincidió con prestigiosos galenos de la época como Tomás Zerolo, Pestano Guzmán y Alonso Perdigón.
    Destacado como masón y medico, debemos señalar que su obra periodística fue relevante dirigiendo y fundando varios periódicos, donde su labor cuantitativa siempre fue de menos a más aprendiendo de sus errores. Además se destaco como poeta en los versos Los Dramas Moraima, El Torero de cayo lobo y El último Abencerraje, denotando una gran sensibilidad artística.
   Gracias a el se vieron los rotativos La Voz de Taoro, El Faro de la Orotava,  El Cosmopolita y  El Valle de la Orotava donde su pluma siempre estuvo al servicio de los que más luz necesitaban. Como profesional de la medicina su nombre está en la revista de la Academia Medico-Quirúrgica, La Salud, Así como sus valiosas colaboraciones en La Ilustración de canarias, La Revista de Canarias, Diario de Tenerife y otros más, denotando que su mente y su pluma nunca descansaban.
Allí en la Orotava donde tanto trabajo vio la luz masónica en 1876 en su querida Logia Taoro n.90 que trabajaba bajo la jurisdicción del Gran Oriente Lusitano Unido. Ya con los sucesos masónicos de 1878 con la nuevas leyes de la citada obediencia masónica pasan a obediencia española con el distintivo y numero de Taoro n.9 donde alcanza el g:.18
   El 1876 a razón de un texto presentado para una logia madrileña vemos su concepto masónico:
" Apenas hace algunos años que la enseñanza masónica ha penetrado entre nosotros y ya casi todas las inteligencias que marchan al frente del progreso científico de estas islas irradian la luz de la verdad, iluminados por el faro esplendido de la iniciación. Y  este franco entusiasmo, este decidido empeño con que los hijos de canarias se ciñen el mandil blanco, símbolo de trabajo, y al par  que de la fuerza de costumbres, lo hago yo, fundados en la idea sublime de LIBERTAD que inspira a estos insulares la comtemplan. De una naturaleza  sublime en sus meditaciones y bella en sus  menores de talla/.
   Como masón su obra fue igualmente meritoria destacándose siempre en cargos de responsabilidad hasta que en 1881 por su destacada labor masónica fue elegido para el cargo de venerable maestro, el más alto compromiso en un taller simbólico. Puede afirmarse que esta logia dentro y fuera de su templo fue faro y luz de las ideas más avanzadas sociedad canaria de finales de siglo. No sabemos por qué luego de algunos años entre 1886 y 1887 abandonó el taller orotavense.
El H:.Servet no vio el siglo XX, muere en 18 de marzo de 1881 a los 60 años y una labor muy meritoria a sus espaldas. Su prolífica labor como persona y como médico es hoy orgullo de la historia de la isla del Teide.
   Palabras  que se le atribuyen expresó a su amada logia Taoro:
“A mi querida logia Taoro, donde he visto la luz  y he aprendido a desgrosar la piedra bruta. A preparar los instrumentos en la piedra cúbica  y a trabajar sobre el plano de trazar”.
   En otro momento refiere:
“La masonería no aspira a dominar las conciencias  en prejuicio de la razón, sino al enaltecimiento  de ésta para que pueda guiar  a la inteligencia por los derroteros de la verdad. La masonería no aspira ni debe aspirar al predominio político  haciéndose consejero áulico de los príncipes. La masonería debe cernirse en una región mas pura a donde no alcancen los envenenados tiros de la pasión ni del interés de banderías mas o menos liberales”.
   El mensaje de estas palabras denota un marcado entendimiento de parte del H:.Servet del mensajes y la doctrina masónica. Esto lo demostró no solo en palabras, sino con su diario quehacer. 
   Su deceso fue una gran perdida para la sociedad y para todos los que le conocieron. El rotativo El Heraldo de Canarias  del mismo día de su fallecimiento expresaba:
“Con verdadero sentimiento damos cuenta del fallecimiento ayer en la Orotava de nuestro compañero en la prensa Dr. Miguel B. Espinosa, ilustrado periodista y poeta
que deja un vacío grandísimo en al campo de las letras y de la ciencia… ha muerto pero deja  a sus hijos un nombre honrado y fama justísima”
De los que le conocieron personalmente dejamos claro testimonio, su coterráneo Eduardo  Dolkowsky dice: “Que carecía de la elocuencia necesaria para expresarse de la dolorosa impresión que le causó la muerte de Miguel Espinosa. Era un hombre honrado en el más alto sentido de la palabra, y sus actos correspondieron a los ideales por él sustentados”.
Pedro Bethencourt y Picó también expresó en un artículo al respecto:
“Sea cual fuere el juicio que se forme de sus opiniones políticas, La Orotava reconoce, que el, hombre ilustrado y honrado, y que atesoró entre otras virtudes, la de la caridad, se hizo muy digno del aplauso, y de las consideraciones publicas”.
De la misma manera se expresa Candido León en sus honras fúnebres:
“El día 19 de marzo fue de verdadero duelo en la Orotava. Impresionando aún todos los ánimo por la sentida muerte del Dr. Espinosa, parece que la naturaleza quiso también tomar parte en el cuadro lúgubre y triste de aquellas horas. El cielo diáfano generalmente, cubierto de negros nubarrones arrojando sobre el valle torrenciales lluvias y desencadenándose amenazadora tempestad, dado el estado de ánimo, se tradujo en señales de despedida dadas por la naturaleza en la fulgurante luz del rayo y el imponente  ruido del trueno. Cesó la tempestad, y el pueblo de la Orotava acudió representado en todas sus clases sociales a rendir tributo al infortunado Espinosa. Pocas veces en nuestra vida, o más bien dicho en ninguna, se presenció un acto que causara tanta impresión como el cortejo fúnebre que acompañaba a la última morada del cadáver de Espinosa”.
Nos apoyamos para este artículo en textos de los sres.  Bruno Juan Álvarez,  Nicolás Gonzáles  Lemus, José R. Laza y Manuel de Paz.
pd. si alguna persona puede facilitarme una imagen de Miguel B. Espinosa, se lo agradecería

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