El pasado domingo, el programa Cuarto Milenio de la
cadena televisiva española Cuatro emitió un programa sobre Conspiraciones Secretas, donde el plato fuerte fue todo lo
relacionado con la verdadera historia del 23-F. Un intento de golpe de estado
en España en 1981 que según se digo estaban al tanto las más altas esferas
del estado y el gobierno. Una vez más se puso de manifiesto que no siempre los
textos y las noticias nos cuentan la verdadera verdad.
Un programa muy
interesante, con algunos datos, opiniones y debates que pudiéramos catalogar de
sugestivo, pero poco esclarecedor. En lo que a mí respecta, y no siendo un
conocedor de la historia de España, pero
si un masón, lo que me llamó poderosamente la atención es en cuanto al tema
Conspiraciones Secretas, poderes ocultos, etc, se haya involucrado a una institución tan
prestigiosa, altruista y digna como la Masonería en tales asuntos. En primer
lugar, porque no es justo generalizar. No podemos afirmar que la masonería as
así, por tal o más cual comportamiento de determinado masón, en determinado
momento y en determinadas circunstancias. En segundo lugar, no fue un debate explicativo
con objetivos claros. Yo pensaba que de una vez y por todas alguien trataba o
conseguía poner a la Orden masónica en cuanto a la realidad histórica de la misma en el lugar que debe
ocupar, imaginaba que este programa iba a ayudar a aclarar, disipar y despejar
las dudas y los fantasmas negativos que la sociedad española tiene sobre la
sociedad masónica. Creía que el debate lejos de generar más dudas y no aclarar objetivamente el tema masónico, la sociedad y la historia iban a hacerle justicia a una institución que en
honor a la verdad a aportado nombres,
ideas, vidas y logros a lo más sublime y elevado de este país, eso actualmente
se obvia y no se reconoce.
No podemos olvidar que la patria española tiene al general Riego y a Juan Prim, que la política española tiene entre otros a Mateo Sagasta, al general Martínez Campos, a los constitucionalistas de la Pepa Melchor de Jovellanos y Agustín Argüelles entre otros, a políticos de la talla de los Presidentes Diego Martínez Barrios, Segismundo Moret Manuel Azaña, Alejandro Lerroux, al pintor Sorolla, al pensador Ortega y Gasset a Antonio Machado (según algunos), al médico Ramón y Cajal por solo citar a los primeros que me vienen a la mente, pues la lista es tan desconocida como larga. No podemos ni debemos olvidar los fusilamientos, encarcelaciones y persecuciones que el franquismo llevo cabo a con parte de lo mejor de la sociedad española, por el solo hecho de ser masón, como igualmente los crueles e injustificados los ataques verbales de la Iglesia. Todos esos buenos masones y dignos ciudadanos cuyas vidas truncó la tiranía. Por tanto, debemos destacar que la república, la democracia y los derechos civiles en España muestran visos de masonería.
Pero entonces ¿cuáles han sido los enemigos declarados y públicos, no secretos, de la Masonería? La Tiranía, dígase Franco y Primo de Rivera, y el Fanatismo religioso de un amplio sector de la Iglesia Católica. No es descabellado entender el por qué han tratado de desacreditar y atacar y calumniar a la masonería, cosa que han si logrado con los ignorantes. Todo lo contrario a la libertad de conciencia y a la igualdad es enemigo de esta. En este asunto muy pocos intelectuales, historiadores y sociólogos han reconocido los valores y aportes de esta centenaria institución a la nación Hispana. Ese es el motivo por el cual hoy por hoy la masonería es más que discreta (siempre llamada erróneamente secreta) y su deber y obligación como sociedad orgánica de la moralidad, defensora de los principios de justicia, igualdad y democracia es insuficiente en España.
No podemos olvidar que la patria española tiene al general Riego y a Juan Prim, que la política española tiene entre otros a Mateo Sagasta, al general Martínez Campos, a los constitucionalistas de la Pepa Melchor de Jovellanos y Agustín Argüelles entre otros, a políticos de la talla de los Presidentes Diego Martínez Barrios, Segismundo Moret Manuel Azaña, Alejandro Lerroux, al pintor Sorolla, al pensador Ortega y Gasset a Antonio Machado (según algunos), al médico Ramón y Cajal por solo citar a los primeros que me vienen a la mente, pues la lista es tan desconocida como larga. No podemos ni debemos olvidar los fusilamientos, encarcelaciones y persecuciones que el franquismo llevo cabo a con parte de lo mejor de la sociedad española, por el solo hecho de ser masón, como igualmente los crueles e injustificados los ataques verbales de la Iglesia. Todos esos buenos masones y dignos ciudadanos cuyas vidas truncó la tiranía. Por tanto, debemos destacar que la república, la democracia y los derechos civiles en España muestran visos de masonería.
Pero entonces ¿cuáles han sido los enemigos declarados y públicos, no secretos, de la Masonería? La Tiranía, dígase Franco y Primo de Rivera, y el Fanatismo religioso de un amplio sector de la Iglesia Católica. No es descabellado entender el por qué han tratado de desacreditar y atacar y calumniar a la masonería, cosa que han si logrado con los ignorantes. Todo lo contrario a la libertad de conciencia y a la igualdad es enemigo de esta. En este asunto muy pocos intelectuales, historiadores y sociólogos han reconocido los valores y aportes de esta centenaria institución a la nación Hispana. Ese es el motivo por el cual hoy por hoy la masonería es más que discreta (siempre llamada erróneamente secreta) y su deber y obligación como sociedad orgánica de la moralidad, defensora de los principios de justicia, igualdad y democracia es insuficiente en España.
Es cierto que nos
hemos quedado en los templos, obligados por los prejuicios y las circunstancias,
que acá tenemos poca experiencia y que nos falta empuje y una labor
verdaderamente hecha, entendida y comprendida por genuinos iniciados masones, estos que hagan el trabajo moralizador,
filantrópico y social de la Orden. Hemos sido tan atacados, que ocupar ese lugar
que nos pertenece lleva tiempo y sobre todo mucho trabajo social.
Por tanto, creo
que desde el punto de vista histórico y masónico, el debate del programa
fue poco esclarecedor, poco aclarativo y
en nada convincente, pues creo que la Orden y la sociedad lo merecían. Una oportunidad perdida para que los masones y la masonería llegaran al gran público, a la sociedad ,y se demostrara por que
los masones en la mayoría de las naciones con más o menos trascendencia histórica la Orden es respetada y admirada, y los
masones son dignos de su condición, también admirados y respetados por todos. Por
ejemplo, como la trascendencia social que tiene la masonería en EE.UU. Cuba, Inglaterra o Francia.
No podemos
olvidar que los más grandes acontecimientos sociales, políticos, culturales y
científicos de la historia reciente tienen involucrados a hermanos masones. Por
tal motivo creo que es injusto y falto
de sentido común, también en España, involucrar a la masonería con la
determinada actitud de un masón aislado (si es que en realidad haya sido así) y mucho
menos involucrarla e inmiscuirla en
hechos y acontecimientos nefastos y tristemente recordados para la historia de
este país. Debemos aclarar, que no es lo mismo Masón, que Masonería.
Espero
que este tema sea tratado con más seriedad y rigor en otra oportunidad y sobre
todo que la institución tome cartas en el asunto y se trabaje para que ocupemos en
la sociedad el papel que merecemos por derecho propio. Es deber y una
obligación moral de la masonería jugar su rol en la sociedad y de los
intelectuales serios, escudriñar y sacar a la luz la verdad.