viernes, 14 de febrero de 2014

Masones canarios del siglo XIX ( IX )

Tomás Zerolo y Herrera ( imagen efemérides de tenerife )

Continuando con nuestras indagaciones sobre masones canarios del siglo  XIX (aunque su celebridad se alcanzó  en el XX)  y para ponernos en  el contexto masónico-social debemos ampliar en un importante e  histórico apellido. Ya mencionamos  al intelectual Elías Zerolo y Herrera, pues su hermano carnal y masón Tomás, como médico y ciudadano,  no fue menos.
Nace en la isla  de Lanzarote en 1851, cuya fecha nos es desconocida. Por problemas  económicos de su padre se trasladan a Tenerife donde comienza sus estudios. De muy joven y con grandes esfuerzos se  acerca a la medicina como ayudante de dentista y luego con sus ahorros matricula en la universidad médica de Madrid. En 1879 a la edad de 28 años se licencia en Medicina y Cirugía en dicha universidad.
De regreso a la isla se instala en la villa de la Orotava y rápidamente se destaca como cirujano y filántropo, ganándose el reconocimiento y la admiración de todos los de la villa. Conjuntamente con su trabajo de médico el cual desempeño de manera profesional y muy caritativa, pues se dice que con sus ganancias ayudaba a los más pobres, también ejerció  como profesor de la Academia Médico Quirúrgica de Canarias. Fue un médico consiente de las necesidades de los pobres destacándose por su sencillez y  ayuda a los  más necesitados. Galeno connotado y destacado amante de su profesión, fue además un buen escritor y ensayista. Lo demuestran sus varios en diferentes publicaciones y sobre todo sus estudios sobre la climaroterápia de la Orotava, que fue premio de honor la Academia de medicina de  Barcelona. En 1893 de casa con la señorita Isabel  Fuentes González  que le  da  tres hijos, entre ellos  el también celebre medico Tomás Zerolo  Fuentes. Colaboró con las más importantes publicaciones de su época fue fiel contribuyente de la Revista de Canarias con estudios sobre filosofía y otros. Una revista la cual podemos afirmar, su alma era masónica.
Pese a sus innumerables obligaciones profesionales e intelectuales también fue masón activo. Reza como fundador de la Logia “Nueva Era” 93 de la Laguna el 29 de noviembre de 1874 con el nombre simbólico de arte, de la que fue su Maestro de ceremonias en 1875. Todo parece indicar que a pesar de los escasos datos encontrados fue un ciudadano ejemplar y un masón en toda regla.
Su carácter afable y su filantropía le hizo ganarse el aprecio de todos, una calle en su villa orotavense lleva su nombre. Es realmente una pena no tener más elementos que nos muestren realmente la altura cívica de este masón, de este ciudadano ejemplar.

Actualmente su casa es sede de la Fundación Probosco, dedicada la filantropía y la ayuda personas con minusvalías físicas. Una casa que podemos admirar además por sus peculiaridades arquitectónicas. 


           Tarja en la entrada de su casa en la actualidad (imagen internet)

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