Tomás Zerolo y Herrera ( imagen efemérides de tenerife )
Continuando con
nuestras indagaciones sobre masones canarios del siglo XIX (aunque su celebridad se alcanzó en el XX) y para ponernos en el contexto masónico-social debemos ampliar
en un importante e histórico apellido.
Ya mencionamos al intelectual Elías
Zerolo y Herrera, pues su hermano carnal y masón Tomás, como médico y ciudadano, no fue menos.
Nace en la
isla de Lanzarote en 1851, cuya fecha
nos es desconocida. Por problemas
económicos de su padre se trasladan a Tenerife donde comienza sus
estudios. De muy joven y con grandes esfuerzos se acerca a la medicina como ayudante de
dentista y luego con sus ahorros matricula en la universidad médica de Madrid.
En 1879 a la edad de 28 años se licencia en Medicina y Cirugía en dicha
universidad.
De regreso a la
isla se instala en la villa de la Orotava y rápidamente se destaca como
cirujano y filántropo, ganándose el reconocimiento y la admiración de todos los
de la villa. Conjuntamente con su trabajo de médico el cual desempeño de manera
profesional y muy caritativa, pues se dice que con sus ganancias ayudaba a los
más pobres, también ejerció como
profesor de la Academia Médico Quirúrgica de Canarias. Fue un médico consiente
de las necesidades de los pobres destacándose por su sencillez y ayuda a los
más necesitados. Galeno connotado y destacado amante de su profesión, fue
además un buen escritor y ensayista. Lo demuestran sus varios en diferentes publicaciones
y sobre todo sus estudios sobre la climaroterápia de la Orotava, que fue premio
de honor la Academia de medicina de
Barcelona. En 1893 de casa con la señorita Isabel Fuentes González que le
da tres hijos, entre ellos el también celebre medico Tomás Zerolo Fuentes. Colaboró con las más importantes
publicaciones de su época fue fiel contribuyente de la Revista de Canarias con estudios
sobre filosofía y otros. Una revista la cual podemos afirmar, su alma era masónica.
Pese a sus
innumerables obligaciones profesionales e intelectuales también fue masón
activo. Reza como fundador de la Logia “Nueva Era” 93 de la Laguna el 29 de
noviembre de 1874 con el nombre simbólico de arte, de la que fue su Maestro de ceremonias en 1875. Todo
parece indicar que a pesar de los escasos datos encontrados fue un ciudadano
ejemplar y un masón en toda regla.
Su carácter
afable y su filantropía le hizo ganarse el aprecio de todos, una calle en su
villa orotavense lleva su nombre. Es realmente una pena no tener más elementos
que nos muestren realmente la altura cívica de este masón, de este ciudadano
ejemplar.
Actualmente su casa
es sede de la Fundación Probosco, dedicada la filantropía y la ayuda personas
con minusvalías físicas. Una casa que podemos admirar además por sus peculiaridades
arquitectónicas.
Tarja en la entrada de su casa en la actualidad (imagen internet)
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