miércoles, 21 de septiembre de 2011

En la RL:.Carlos M. de Cespedes ( de la habana )

Discurso de Aniversario  88 de su Fundación:
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Agradezco a la R. L. “Carlos Manuel de Céspedes” y especialmente  al V.H. Manuel Hernández Figueredo, Representante y Ven. Maestro Ad-Vítam de este taller, por la ayuda ofrecida para la confección de este discurso, así como al V.M. Laudinet Bocourt  por  su cortesía al designarme como Orador Central en este acto.
Como dice el Q.H. Manuel Hernández, despierta la curiosidad el carácter trashumante de la  R.L. “Carlos Manuel de Céspedes” debido al frecuente cambio de domicilio donde desarrollaba sus trabajos masónicos desde su fundación hasta hoy, por ej.: sesionaron en Arroyo Arenas, en el Cerro, Habana Vieja y el Cotorro, trasladándose en el año 1940 para la calle Sitios No. 118, donde radicaba la casa templo de la R.L. “Pí y Margal”,  en la que se mantuvo por espacio de 62 años. Recientemente ha vuelto a cambiar su dirección domiciliar al trasladar sus instrumentos hacia el edificio, propiedad de la Centenaria Logia “General Antonio Maceo”, aquí, en Jesús Peregrino No. 119, de Centro Habana, precisamente en este espacioso y sobrio templo donde nos encontramos ahora. 
Mi primera visita a este taller la realicé cuando este sesionaba en el anterior edificio de la calle Sitios No. 118.  Allí conocí al fallecido H. Luis Grillo Candáles, un H. que a pesar de todas sus peculiaridades  llevaba a todos los recintos masónicos del simbolismo y del escocismo el nombre de su logia “Carlos Manuel de Céspedes” y ponía bien en alto ese patronímico mediante sus intervenciones impregnadas de la pasión que le caracterizaba en sus alocuciones dada su condición de aficionado y emotivo investigador. Al mencionarle aquí quisiera dejar constancia de nuestro reconocimiento a sus esfuerzos por brindarnos sus, y por estimular, en la medida de sus potencialidades, el estudio de nuestra historia masónica, expresado en su afán de revitalizar la figura de Vicente Antonio de Castro.
La logia “Carlos Manuel de Céspedes” se fundó el día 2 de Enero de 1923, en la calle Padre Varela No. 92 (hoy Belascoaín) bajo la obediencia de la Gran Logia Occidental de Cuba, antiguo cuerpo masónico irregular radicado en el  Oriente de Güines. La regularización de la logia “Carlos Manuel de Céspedes” ocurre el 25 de Septiembre de 1925 cuando pasa a formar parte de la Gran Logia de Cuba de A.L. y A.M., siendo su primer  Venerable Maestro y Padre Fundador  el V.H. Amancio Santiago Ardura, un español de 44 años que procedía de la R.L. “El Mundo Marcha”, y junto a él,  entre muchos  destacados HH. de este taller, debemos mencionar también como figura importante en los inicios de esta logia al V.H. Leovigildo Ugido Hidalgo, quien fuera Gran Secretario del mencionado cuerpo irregular que fue la Gran Logia Occidental de Cuba.
El nombre de esta logia nos remite a la vanguardia del pensamiento patriótico e histórico de nuestro país y de nuestra Institución masónica en su lucha por la independencia nacional.
El esfuerzo de todos sus miembros por mantener vibrando el nombre del Padre de la Patria le da mérito grande a todos los que han pertenecido a este taller desde su fundación hasta los momentos actuales. Tal es así que, en un despacho solicitado por el Ven. Maestro Laudinet Bocourt y este servidor, al Historiador de la Ciudad, con el objetivo de darle carácter oficial al  homenaje que esta logia le rinde todos los años a Céspedes, el Sr. Eusebio leal manifestó que esa petición no tendría ninguna dificultad para llevarse a efecto, pues “los masones siempre fueron el ejemplo para las demás instituciones en este ejercicio de rendirle tributo al Padre de la Patria”, y con  emoción propuso que fuera el mismo Ven. Maestro de la logia “Carlos M. de Céspedes” quien  escogiera la fecha y la hora para depositar su ofrenda, e incluso,  que contaran con su presencia. Este detalle nos revela  que no es necesario el uso de los fuegos artificiales para que se reconozcan nuestras  huellas en la sociedad, a pesar de las dificultades por las que atravesamos. Por suerte esas dificultades son las que promueven la obligación de pensar, y para mi regocijo, los masones no han dejado de pensar y decir, y tampoco dejaremos  de hacer.
Hasta, para bien,  se nos dificulta en estos tiempos confeccionar un discurso  cualitativo que cubra totalmente las expectativas de los oyentes, pues, como característica general, hemos observado un aumento en la capacidad de análisis en  las exposiciones y en los temas que se abordan en los discursos  de los aniversarios y de los encuentros masónicos, que a la vez se desbordan en inquietudes y preocupaciones.
Es notable el hecho de que los talleres masónicos estén concientizando que los males que nos lastran son el resultado de la escasa instrucción y la poca exigencia en la superación de los que se inician… y de los iniciados. Esto quiere decir que en los masones cubanos jamás  habrá abandono  de la responsabilidad  de mantener la pulcritud de nuestra Institución mediante la elevación de la cultura masónica general-integral de sus miembros. 
Sin embargo en todos los sentidos, el trabajo que nos queda por delante es  extenso. Si en algo habrá que hacer hincapié es en el rescate de la espiritualidad de la masonería en nuestro país, es decir, impedir que nuestros recintos sigan vulgarizándose con lenguajes y estereotipos propios de los estratos más bajos del mundo profano. En una ocasión un Ven. Maestro, públicamente y en total estado de embriaguez, se llamaba así mismo “inadaptado social”. 
No podemos seguir frustrándonos con la presencia en nuestra masonería de ese tipo de persona que logra iniciarse y llega a convertirse en dirigente masónico. 
Todos sabemos que el momento exige revertir todo lo que ha devenido nocivo para la fraternidad. 
Hemos llegado a tal punto, en  el hábito de la distorsión, que una mínima manifestación de réplica es entendida como una declaración de pugna irreconciliable. Nos olvidamos que existen contradicciones que propician la evolución en total armonía con el  universo, y esas contradicciones, aunque presuponen la exclusión de lo nocivo, no producen catástrofes ni guerras internas, por lo tanto, es bueno recordar que un organismo en guerra consigo mismo, está destinado a desaparecer.
La discrepancia  es un acto legítimo que tiene su origen en el libre albedrío, y su manifestación no significa  declaración de guerra o enemistad. La libertad de duda, de examen y de opinión es parte del derecho de la libre expresión.

“La ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos del hombre son las únicas causas de las desgracias públicas y de la corrupción de los Gobiernos”. Solo un pensamiento en desafuero encontrará difícil de entender que no se debe tomar la autoridad como verdad, sino la verdad como autoridad, y de cuanto daño hace el uso de la razón de la fuerza en vez de valerse de la fuerza de la razón.
 Les felicitamos HH. de “Carlos Manuel de Céspedes” en este aniversario 88 de su fundación y me despido con un  fragmento de las  palabras escritas por nuestro Q.H. Eduardo Vázquez Pérez que dice: “…“El alma que se convierte en espada –decía Martí—tarda mucho en volver a ser beso.” Por eso, para mantener la armonía... debemos cuidar tanto las palabras como la ley. La masonería nos adiestra en defender nuestras ideas sin necesidad de rebajar el lenguaje ni utilizar los métodos profanos de desvalorizar a quien debate con nosotros ni, mucho menos, considerarlo enemigo, porque entre hermanos no cabe este concepto. Pensar diferente no nos hace enemigos y, mucho menos, cuando respetamos la ética y los principios jurídicos de la masonería…”. Y termina la cita;…“La ley nos hace igual a todos y por eso debemos respetarla para entendernos. La ley que no se aplica --o la que se aplica indebidamente—hace el mismo efecto de una pequeña grieta en un bote, que si nos descuidamos puede hacer agua hasta hundirse.”
Muchas gracias.      
VH:.Ernesto Luis Ocaaña
M:.M:.RL:.MInerva                                                                                           

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