Para los entendidos en el tema, la vieja rivalidad se manifiesta en los dos mejores clubes de futbol del mundo
Cuando ya casi finaliza la liga de futbol profesional español
con un claro y legendario ganador, el Real Madrid CF, constatamos viejos recuerdos
de lo que es la rivalidad cultural, deportiva y hasta a veces política entre
las dos más importantes ciudades de un país.
Nosotros los cubanos ya con algunos añitos recordamos la
vieja rivalidad en nuestro deporte nacional, el beisbol, y las viejas rencillas
deportivas que se van un poco más allá dado el estado de ánimo, el regionalismo,
que llega al fanatismo hasta el concepto
político de nacionalismo en muchos casos. La lucha de las segundas ciudades o
la lucha por una región de alcanzar planos estelares sociales y regionales se hacen
perfectamente latentes en la cultura del deporte. De ahí los excesos y a veces egocentrismos
de los que viven en la capital contra los que viven en segundas ciudades y viceversa.
A veces los de las capitales demeritan a los de las segundas capitales y estos
manifiestan su inconformidad y desacuerdo
con rivalidades que alimentan cada vez mas ese regionalismo que no es otra cosa
que una ideología que realza las particularidades culturales y humanas de una
región determinada que en el plano socio-político llega a los extremos del
autonomismo y el nacionalismo. Cuestiones estas que casi nunca prosperan, pero
en lo humano y en lo cultural alimentan una
sana rivalidad deportiva, que no se ve bien en sus excesos.
Pues como ya hemos visto, esa rivalidad deportiva por ejemplo
en el beisbol en las Grandes ligas de
beisbol de los EE. UU. Dígase de paso,
la mejor del mundo, donde todos los equipos desean ganarle al equipo de la
capital, Los Yanquis de NY, en Cuba, la eterna rivalidad deportiva y regional
entre el equipo de la capital Los laureados Industriales y los magníficos de
Santiago de Cuba, sin ninguna dudas, históricamente los dos mejores equipos.
Pues esta vieja rivalidad es solo superada en, número no en pasión por el
deporte de las multitudes, el futbol. Nadie podrá borrar de su mente el Maracaná, que no por que
pasen los años olvidan los más mayores, las multitudinarios derbis entre
Flamingo y Fluminense, ni las multitudinarias juegos en la Bombonera de
argentina, ni en los estadios ingleses e italianos, cuyas rivalidades internas
ha dejado heridos y hasta muertos ¡por la rivalidad deportiva! Aquí en España no
olvidamos los destrozos y heridos (sobre todo en Barcelona) en Madrid y otras ciudades.
El día que Cristiano Ronaldo reconozca a Messi como el mejor futbolista del mundo, él ,será el mejor.
Estos hinchas, hooligans (sobre estos hay películas testimoniales) y fanáticos que solo alimentan con sus excesos la rivalidad, la violencia y el divisionismo, que lejos de unir, separa y lejos de vincular pareceres, distancia ideas. Yo me pregunto y recalco, ¿no somos consientes que lejos de aunar fuerzas contra los defectos y errores de los tiempos que corren, nos separamos y dividimos? ¿No se alimenta nuestro distanciamiento como seres sociales en un mundo globalizado que impera la maldad y el egoísmo? Creo y estoy seguro que lejos de dividirnos como cultura e ideología, los tiempos que corren, son para todo lo contrario. Recuerda el slogan: divide y vencerás, No creen que si nos dividimos como personas, de un país, una región, una política, una religión, unos gustos y pareceres, ¿no nos estamos perjudicando y beneficiando a otros?
El día que Cristiano Ronaldo reconozca a Messi como el mejor futbolista del mundo, él ,será el mejor.
Estos hinchas, hooligans (sobre estos hay películas testimoniales) y fanáticos que solo alimentan con sus excesos la rivalidad, la violencia y el divisionismo, que lejos de unir, separa y lejos de vincular pareceres, distancia ideas. Yo me pregunto y recalco, ¿no somos consientes que lejos de aunar fuerzas contra los defectos y errores de los tiempos que corren, nos separamos y dividimos? ¿No se alimenta nuestro distanciamiento como seres sociales en un mundo globalizado que impera la maldad y el egoísmo? Creo y estoy seguro que lejos de dividirnos como cultura e ideología, los tiempos que corren, son para todo lo contrario. Recuerda el slogan: divide y vencerás, No creen que si nos dividimos como personas, de un país, una región, una política, una religión, unos gustos y pareceres, ¿no nos estamos perjudicando y beneficiando a otros?
Ejemplo de las consecuencias de lo que es distanciarse más de
lo razonable, llegando al fanatismo y al radicalismo, las hay todos los días en
las noticias. Entonces porque los que somos y pensamos diferentes no nos unimos
en lo común para mejorar al género humano. Debemos buscar la unidad en la
diversidad. La tolerancia y el respeto deben alimentar la unidad y la
fraternidad, sobre todas las cosas. Últimamente el pueblo Noruego nos ha dado
una muestra de lo que puede y debe ser la tranquila convivencia entre personas
que piensan diferente a uno. Luego de los tristes acontecimientos del asesino
de Utuya, el señor Breivik, un claro ejemplo de a dónde nos puede llevar el
regionalismo, el fanatismo y el radicalismo ideológico. Han cantado miles de
ellos una canción a favor de la diversidad y a favor de la tolerancia cultural e
ideológica, en protesta a los crímenes de un loco consiente como Anders
Breivik. Estas ideas nacen de la
intolerancia en un partico de cartas, degustando un te árabe o en un simple
partido de futbol.
Conozco a muchas personas aficionadas al deporte, entre ellas
yo, que compartiendo determinado jugador u equipo deportivo, al ganar o al
perder un importante partido, experimentamos determinado comportamiento y pensamiento,
solo temporalmente y sin sobresaltos eso sí. Al otro día, solo analizo y
comento, nunca llegaría a ofender ni desacreditar un jugador, o un árbitro o un
equipo. Es solo una cuestión de razonamiento, no entendería una conducta
destructiva al ver ganar o perder al los Industriales de la habana, o útilmente
cuando el Madrid perdía convincentemente con el Barça, me entristecía algo,
pero reconocía la derrota con realismo, reconociendo los valores y las virtudes
del contrario, cuando no son pocas. Ya hoy somos campeones de la Liga y caímos
honorablemente en Champions. Pocas veces las autoridades y jugadores del Madrid
reconocían la calidad del Barça, eso es poca rivalidad y humildad, hay que saber
perder. Como igual no me convencen las
palabras poco sinceras de Guardiola en más de una ocasión.
El caso es que el regionalismo alimenta una rivalidad que
puede convertirse en fanatismo y eso no es bueno para la juventud, que hoy día
tiene una más que importante misión, que estarse peleando por cosas tan vanas y
triviales como el deporte. Hoy con una sociedad postmoderna que está llena de
desamor y materialismo, donde cada vez mencionamos menos u olvidamos la mágicas
palabras de: gracias, tienes razón, te felicito, te amo, eres mi buen amigo, no
me gusta pero lo comparto, me equivoqué, y otras por el estilo. Es en los que nos separa y aleja donde tenemos
que concéntranos, en las heridas del planeta y sus sostenibilidad, debemos
dejarle a nuestros amigos, hijos y nietos un mundo sin enemigos en donde todo
seamos iguales, hermanos y coherederos de los bienes del cielo y la tierra.
Total ¡es más fácil derribar muros, que hacerlos!
Y como decía José Martí: “Pensar es prever. Es necesario ir
acercando lo que ha de acabar de estar junto, si no crecerán odios y se estará
sin la defensa apropiada para colosales peligros”. Y “Amor con amor se para”, El día que veas a tu conciudadano como tu igual, tu serás un ser humano.
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