viernes, 28 de septiembre de 2012

Al que le sirva el sayo....

Hoy cuando en la masonería de mi país se ha perdido el respeto a la Libertad, el respeto a la Justicia y el respeto al derecho estos pensamientos del hermano Voltaire viene a reafirmar que esos valores los defiende la Masonería Universalmente  y nadie que sea miembro de ella debe olvidar la obligación de defender esos postulados universales.
Un hermano a quien aprecio mucho y quiero entrañablemente, ha gestionado un relato de un rebelde hermano Santiaguero, que le relató la magnífica enseñanza que recibió en una clase universitaria y que considero muy, pero que muy  oportuna para este instante que vivimos en la Institución masónica de Cuba.

Una mañana cuando nuestro nuevo profesor de "Introducción al Derecho" entró en la clase lo primero que hizo fue preguntarle el nombre a un alumno que estaba sentado en la primera fila:  
 
- ¿Cómo te llamas?
Me llamo Juan señor, !vete de mi clase y no quiero que vuelas más¡- Gritó el desagradable profesor, Juan estaba desconcertado. Cuando reaccionó, se levantó torpemente, recogió sus cosas y salió de la clase.  odos estabamos indignados y asustados, pero nadie dijo nada, guardamos un absoluto silencio.
Esta bien, ahora si, ¿para qué sirven las leyes?... seguiamos asustados, pero poco a poco fuimos contestando a su pregunta. Para que haya un orden en nustra sociedad, !no¡ contesta el profesor, Para cumplirlas? !no¡ digo el profesor, para que la gente mala page por sus actos, !no¡ ¿pero es que nadie sabrá responder a esta pregunta? !para que haya justicia¡ digo timidamente una chica, !por fin¡ eso es, para que haya justicia, y ahora, ¿para que sirve la justicia?
Todos empezabamos a estar molestos con esa actitud tan grosera del profesor. Sin embargo, seguíamos respondiendo. !para salvaguardar los derechos humanos¡ bien, que más, decía el profesor. !Para discernir lo que esta bien de lo que esta mal¡ sigan... para premiar al que hace las cosas bien¡ no esta mal, pero... diganme. ¿Actué bien al expulsar a Juan de la clase?. Todos nos quedamos callados, nadie respondía. Quiero una respuesta decidida y unánime, dijo el profesor.
Noooo! digimos todos. ¿Pudeira decirse que he cometido una injusticia?  Siii
¿Y por que nadie hiso nada al respecto? para que queremos leyes y reglas sino disponemos de la valentía de llevarlas a la práctica. Cada uno de ustedes tiene la obligación de actuar cuando ven una injusticia. Todos. No vuelvan a quedarse nunca más callados.
Vete a buscar a Juan, dijo mirandome fijamente.
Aquel día recibí la lección más práctica de mi clase de derecho.
Cuando no defendemos nuestros derechos perdemos nuestra dignidad, y la dignidad no se negosia, sino que se exige.
Muy ajustado a estos tiempos de barbarie, donde al parecer en la Masonería y en la sociedad actual, estamos perdiendo nuestra dignidad.
!y como dice el refrán, al que le sirva el sayo, que se lo ponga¡

Atinado y muy lleno de vigencia mensaje del QH:.Amibelec Casard

No le cabe mejor lucidéz a este mensaje que pensar y reflexionar acerca de la sociedad y en ella a la Masonería y nuestros actos como centro y consecuencias en el futuro.

 

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