José de Arimatea y María, sustienen a Jesús.
Capilla de las hermanas hospitalarias del sagrado corazón de Jesus. Roma
Probablemente el mito
más famoso en torno a José de Arimatea es el referente a su custodia del Santo Grial. En
estas historias normalmente se asocia al Santo Grial con la copa que utilizó
Jesús en la Última Cena y en la que José recogió algunas gotas de su sangre
durante la Crucifixión
Aunque el fundador oficial del
cristianismo en Gran Bretaña fue, en el año 597, San Agustín, fuentes no
canónicas y relatos posteriores cuentan que José de Arimatea llegó de hecho a
Gran Bretaña en el año 37 o en el 63. Las narraciones afirman que huyó de Judea
con algunos más, entre otros, se suele decir con el apóstol Felipe, Lázaro,
María Magdalena, Maria y María de Betania. Lázaro y María Magdalena se quedaron
en Marsella, mientras que el resto del grupo continuó viaje hasta la Galia, más
hacia el norte de lo que hoy es Francia. El apóstol Felipe envió entonces a
José de Arimatea, junto con otros once ) doce más (depende del texto), a predicar a Gran Bretaña. El
viaje por mar llevó a José al «País del Oeste», donde el rey ocal, Arvirago, le
concedió a José y a sus acompañantes algunas tierras en la «Isla Blanca». Allí
fundaron una iglesia de adobe, la Vetusta Ecclesia, dedicada a la Virgen María.
Generalmente suele aceptarse que esta es el actual asentamiento de Glastonbury (contrástese con Graham Phillips, quien cree
que es Anglesey) y que el monasterio benedictino de Glastonbury ocupa ahora el sitio en el que
estuvo aquella iglesia
La visión convencional del Grial es que es
el cáliz que una vez contuvo la sangre de Cristo y que José de Arimatea se
llevó a Gran Breta ña. Se cree que José lo llevó a Glastonbury, en el sur de
Inglaterra, y desde entonces su paradero ha estado envuelto en misterio. La
leyenda cuenta que esta copa o Grial fue utilizada en la Última Cena y que se
usó para recoger la sangre de Cristo en la Crucifixión, aunque las distintas
historias mencionan a diferentes personajes que recogieron la sangre, unas
dicen que fue José de Arimatea, otras que Nicodemo y algunas que fue María
Magdalena. Las leyendas se sucedieron a lo largo de los siglos hasta alcanzar
el culmen en la Edad Media..
El proposito de Brown es demostrar que la
Iglesia Catolica ha encubierto la verdadera historia de Jesus y su relacion con
Maria Magdalena. Y lo hace mezclando
hechos historicos con productos de su imaginacion. La Iglesia ha ayudado, sin
duda, ya que miles han sido llevados a tortura, a las hogueras o muerto bajo las
espadas de los crusados por el simple hecho de pensar diferente de la Iglesia
Catolica y como en muchos otros temas se
hace hoy dia un revisionismo historico que incluye la reaparicion de evangelios
gnosticos y supuestos descubrimientos historicos.
Pero para quienes se imaginan a la masonería
y a la Iglesia
católica como lo que ni son, ni han sido, ni serán, la respuesta apuntaría
hacia el extremo contrario, hacia ansias desmedidas de poder para lograr
controlar el mundo entero, cayendo en la estupidez de creer que quienes tienen
capacidad real para influir en determinados sectores y acontecimientos de la
sociedad no pueden hacerlo sin llevar puesto un mandil o sin pertenecer a algo
muy oculto y con nombre rimbombante. ¿En qué manual para cretinos de altos
grados se dice que para conspirar hay que ponerse el uniforme con bordados? Sin
duda es más literario conspirar vestido de negro en una logia situada en un
sótano del Vaticano, pero la gente que se dedica a ese antiguo arte prefiere
hacerlo estando en bermudas junto a su propia piscina y compartiendo una buena
langosta en la mesa. Puede que sean conspiradores, pero no son tontos.
Eli Klinger
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