Abril de 1868
Cuando en la noche del duelo
Llora el alma sus pesares, Y lamenta su desgracia, Y conduele sus afanes, Tristes lágrimas se escapan Como perlas de los mares; Y por eso, Micaela, Triste lloras, sin que nadie Tu dolor consolar pueda Y tus sollozos acalle; Y por eso, Micaela, Triste en tu dolor de madre, Lloras siempre, siempre gimes La muerte de Miguel Angel. |
II
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¡Allí está! Cual fresca rosa,
Blanco lirio de la tarde, Sentado en el verde musgo, Yace tu Miguel, tu "ángel", La imagen de tus delirios, La noche de tus afanes, El alma de tus amores, Consuelo de tus pesares, Pura gota de rocío Que al blando beso del aire Casta brotó de tu seno Convertida en Miguel Angel. |
III
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¡Allí está! Lágrimas tristes
Anublan tu faz de madre, Porque le falta a tus ojos Algo bello, algo tan suave Como las nubes de oro, Rosa y grana, de la tarde; Y en el aire que respiras, Y en las hojas de los árboles, Ves cruzar, cual misteriosa Sombra, de tu amor imagen, A la perla de tus sueños, Al precioso Miguel Angel. |
IV
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Pero, ¿no ves, Micaela,
Esa nube y esos ángeles? ¡Mira! ¿No ves cómo suben? ¿Los ves? ¿Los ves? ¡Triste madre, Ya se llevan a tu hijo, De tus delirios la imagen, El alma de tus amores, La noche de tus afanes, Pura gota de rocío. Linda perla de los mares!... ¡Llora, llora, Micaela, Porque se fue Miguel Angel! |
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