martes, 29 de octubre de 2013

En el Descubrimiento de Cuba ( II )

“...Todo era tan hermoso lo que veía, que no podía cansar los ojos de ver tanta lindeza”
(Anotó el navegante en su diario)

cortesía catolicidad.com

Al llegar a Cuba, quedó sorprendido
A la costa norte de la isla de Cuba llegaron las tres embarcaciones de Cristóbal Colón. Era el sábado 27 de octubre de 1492, y anocheciendo fondea sus naves sin desembarcar. Llovía y así se mantuvo lloviendo toda la noche. A la mañana siguiente navegó rumbo oeste llegando en pocas horas a un río caudaloso; y tomando posesión de aquella tierra a nombre del Rey Fernando -pensando haber llegado a la tierra del extremo occidental de Asia-, le asignó por nombre JUANA, en honor al príncipe Don Juan, el de los reinos de Castilla; y a los pobladores de esa tierra le llamó indios, o sea hijos de las Indias.
Del Diario de Abordo de Cristóbal Colón tomo los datos históricos del descubrimiento de Cuba, resumido lo esencial de su texto por el Fraile Bartolomé de las Casas, donde el dominico advierte que "estas son palabras formales del almirante".
Viernes, 26 de octubre:
"..Partió de allí hacia la otra isla, porque por las señas que los indios le daban de la grandeza y del oro y perlas de ella, pensaba que era ella, conviene saber: Cipango."
Sábado 27 de octubre:
"Levantó las anclas salido el sol, de aquellas islas, que llamó las islas de Arena por el poco fondo que tenían de la parte del sur hasta seis leguas. Anduvo ocho millas por hora hasta la una del día al Sursudoeste, y habría andado cuarenta millas, y hasta la noche andaría veintiocho millas al mismo camino; y antes de noche vieron tierra.
Estuvieron la noche al páiro con mucha lluvia que llovió. Anduvieron el sábado hasta poner el sol diecisiete leguas al Sursudoeste."
Domingo 28 de octubre:

Fue allí en demanda de la isla al Sursudoeste, a la tierra de ella más cercana, y entró por un río muy hermoso y muy sin peligro de bajas ni otros inconvenientes; y toda la costa anduvo por allí era muy hondo y muy limpio hasta tierra: tenía la boca de río doce brazas, y bien ancha para barloventear. Surgió dentro dice que a tiro de lombarda. Dice que nunca tan hermosa cosa vio, lleno de árboles, todo cercado el río, hermosos y verdes y diversos de los nuestros, con flores y con su fruto, cada uno a su manera. Aves muchas y pajaritos que cantaban muy dulcemente; había gran cantidad de palmas de otra manera que las de Guinea y de las nuestras, de una estatura mediana y los pies sin aquella camisa y las hojas muy grandes, con las cuales cobijan las casas; la tierra muy llana…." Saltó el Almirante a la barca y fue a tierra; él portando la bandera real y los capitanes con dos banderas de la
Cruz Verde. Llegó a dos casas que creyó ser de pescadores y que con temor se huyeron. En una de las cuales halló un perro que nunca ladró; y en ambas casas halló redes de hilo de palma y cordeles y anzuelo de cuerno y fisgas de hueso y otros aparejos de pescar y muchos fuegos dentro, y que en cada una de las casas se juntan muchas personas. Mandó que no se tocase de todo ello, y así se hizo.
Contemplando la hierba que era grande pensaba que era como en Andalucía por abril y mayo. Halló verdolagas muchas y bledos. Tornóse a la barca y anduvo por el río arriba un buen rato, y dice que era un placer ver aquellas verduras y arboledas, y de las aves que no podía dejarlas; y ya posesionado en la Santa María, todo sorprendido y extasiado, exhalando un suspiro dijo de aquella, nuestra isla:


                               “Es la más hermosa que ojos humanos hayan visto

Por : María teresa Villaverde Trujillo

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