Masones canarios del siglo XIX ( III )

Herman Wildpret Soder ( imágen wikipedia )

   Esta mas que concluido que la segunda década del siglo XIX debe ser considerada como la época dorada de la masonería española. Aquí en canarias se fundaron varias logias, todas de renombre, se fabricaron templos, especialmente el  de la calle san Lucas de Añaza 270  que fuera orgullo de la masonería española y que todavía hoy no se sabe cual será a ciencias ciertas su desenlace. Variss e importantes publicaciones masónicas y públicas dirigidas por masones. Fue una época de liberalismo, laicismo y republicanismo, tan amplia y fecunda, que solo pudo ser detenida por el tristemente recordado tirano Franco y su golpe del 18/7/1836, que curiosamente, salio de aquí de canarias.

   Esos tiempos de bonanza masónica fueron proclives para que pudieran destacarse importantes ciudadanos canarios en varias aemas culturales, sociales y políticas, en su gran mayoría miembros de la Orden de la “escuadra y el compás”.

   Algunos hemos hecho y haremos referencia. En este caso nos referiremos a un masón dedicado a su familia, la Orden y la naturaleza, pues Herman Wildpret Soder fue un canario de origen suizo que impulso los estudios de la flora canaria llevándola a su máximo esplendor por su cuidado y estudios a favor de su difusión y realce.

   Uno de los ciudadanos mas ilustres y queridos por su amor a la naturaleza. Destacamos el  mucho trabajo nos costó buscar datos  de su vida por lo poco que se le dan dedicado estudios a pesar de su aportes a la flora canaria.

   El H:. Herman nace el Suiza el 5 de octubre de 1834 y luego de estudiar botánica y  horticultura llega a en 1856 a Tenerife donde se instala en Santa Cruz desempeñándose como jardinero donde rápidamente alcanza gran renombre por la calidad y esmero con que se desempeñaba.   

   Luego de su pronta aclimatación al clima y la gente canaria contrae matrimonio con la señorita Luisa Duque Suárez, de esta unión nacieron 6 hijos.

   Al cabo de loa años la muerte le separa de su amada Luisa, y reponiéndose al dolor vuelve a contraer nupcias con Matilde González con la que termina sus días. Hombre emprendedor  se dedicó a la comercialización de granos y frutas y a su actividad como jardinero. En 1860 es designado jardinero  interino del Jardín Botánico del Puerto de la Cruz, cargo que desempeñaría cabalmente hasta su muerte. Aquí su labor fue tan amplia y abnegada que hizo del lugar una referencia a la botánica a nivel mundial por su belleza, variedad y amplio catalogo de especies. De las poco mas de 200 catalogadas en 1860 sobrepasaron gracias a el, los dos millares.

   Puede decirse que su labor como horticultor y botánico fue tremenda como la que realizó catalogando especies endémicas e introduciendo nuevas y variadas especies. Tanto es así que la gran variedad de palmeras existentes hoy en día son gracias a el.

Así como la buganvilla y distintas clases de eucaliptos. Algunas especies autóctonas llevan su sello y nombre  como el caso del bello Tajinaste Rojo de nombre científico Echium Wildpretti, unas de las bellezas florales de esta tierra.

Tajinaste Rojo

A pesar de venir de un país distante y frío pudo adaptase rápidamente a la sencillez del canario y ser casi uno más.  Participaba en cuanta actividad cultural y social creía era buena para el y para su segunda patria.

   Como masón tenemos pocas noticias, pero se sabe que fue fundador de la logia Taoro 90 de la Orotava y luego miembro de la prestigiosa Añaza 270 de la que también fue miembros un hijo. En la primera ocupó los  cargos de tesorero y 2do vigilante, cargos de relevancia e importancia. Fue además  bibliotecario de la Sociedad Cultural La Esperanza de la que llego a Presidente, así como del Liceo Taoro  y del Comité Democrático de la Orotava destacándose al parecer como liberal y republicano.

   Nunca desecho su ciudadanía de origen pero se sentía un canario más. Sobre este asunto debemos destacar que le fue condicionado su cargo de Botánico Principal del nombrado Jardín por no poseer la nacionalidad española, responsabilidad que declinó luego de más de treinta años, en 1893. Su labor como comerciante y hombre de negocios llega hasta hoy, pues fue accionista en el Hotel Taoro del cual diseño sus Jardines.

   El querido Herman falleció para pena de muchos canarios el 19 de diciembre de 1908 en su amado Puerto de la Cruz dejando una estela de admiración cariño y respeto de todo el que le conoció.