viernes, 9 de agosto de 2013

Del Origen de ritual en la iglesia y en la masonería. Madame Blavatsky


El Anciano de los Dias, por William Blake
                                               
                                                 Del Símbolo del G:.A:.D:.U:.

De manera que puede demostrarse que la Francmasonería moderna y el ritual de la Iglesia descienden por línea directa de los gnósticos iniciados, de los neoplatónicos y de los hierofantes renegados de los misterios paganos, cuyos secretos han perdido aquellas instituciones; pero han sido conservadas por quienes no aceptaron compromisos. Si la Iglesia y la Masonería quieren olvidar la historia de su verdadero origen, los teósofos no hacen lo mismo, pues repiten que la Masonería y las tres grandes religiones cristianas han heredado los mismos bienes. Las “ceremonias y palabras de paso” de la Masonería, y las oraciones, dogmas y ritos de las religiones, no son sino copias mal interpretadas del paganismo puro y de la teosofía neoplatónica. Asimismo, las “palabras de paso” relativas a “la tribu de Judá”, los nombres de “Tubal–Caín” y de otros dignatarios zodiacales del Antiguo Testamento empleadas actualmente por los masones bíblicos, no son sino las que aplicaban los judíos a los antiguos Dioses de la plebe pagana, y no los Dioses de los hierográmatas, intérpretes de los verdaderos misterios. Prueba de ello es lo que vamos a decir a continuación. Los buenos de los hermanos masones difícilmente podrían negar que, por lo menos de nombre, son solícolas o adoradores del sol celeste, en el cual veía el erudito Ragón un símbolo magnifico del G.A.D.U., como lo es, sin duda alguna.
Pero Ragón se hubiera visto en un apuro si hubiese tenido que demostrar que el GAD.U. no es más bien el Sol del pescado menudo de los profanos que el solus del Gran Epoptai. Pues el secreto de los fuegos de Solus, el espíritu que brilla en la Estrella flamígera, es un secreto hermético, y si el masón no estudia la verdadera Teosofía no podrá comprender este secreto, ni tampoco las pequeñas indiscreciones del Ttshuddi. Actualmente, tanto los masones como los cristianos, santifican el día del sabbat, al cual dan el nombre de “Día del Señor”. a pesar de que saben mejor que nadie que el “Sunday” y el Sonntag de los protestantes ingleses y alemanes significan el día del sol, es decir, lo mismo que hace dos mil años.
Y en cuanto a vosotros, reverendos padres, sacerdotes y obispos que dais a la Teosofía el nombre de “idolatría” y condenáis ferozmente a sus prosélitos al fuego eterno, ¿os podéis jactar acaso de poseer un solo simple rito, una sola vestimenta o un vaso sagrado perteneciente a la Iglesia o al Templo, que no proceda del paganismo? No; sería demasiado peligroso el tener la osadía de afirmarlo, no sólo ante la historia, sino también ante las confesiones de los funcionarios sacerdotales. Recapitulemos, aunque no sea más que para justificar nuestras afirmaciones. Dice Du Choul que “Los sacrificadores romanos” tenían obligación de confesarse antes de sacrificar. Los sacerdotes de Júpiter se tocaban con un alto bonete negro de forma cuadrada que era el objeto con que se cubrían la cabeza los Flamines (véase el sombrero de los sacerdotes armenios y griegos modernos). La sotana negra de los sacerdotes católicos es la negra hierocaracia o amplia vestidura que usaban los sacerdotes de Mitra, la cual recibía este nombre por ser del color de los cuervos “corax”. El rey–sacerdote de Babilonia poseía un sello o anillo de oro que llevaba en el dedo. Llevaba pantuflas que besaban los potentados sometidos a su dominio, un manto blanco y una tiara de oro de la cual pendían dos cintas. Los Papas poseen pantuflas y un anillo que tiene el mismo uso, un manto de raso blanco en el que se ven bordadas unas estrellas de oro, una tiara con dos cintas cubiertas de piedras preciosas, etc.… La vestidura de tela blanca “alba vestis” es idéntica a la de los sacerdotes de Isis, los sacerdotes de Anubis se afeitaban la coronilla (Juvenal), de cuya costumbre se deriva la de la tonsura; la casulla de los “padres” cristianos es copia de la vestimenta con que se cubrían los sacerdotes del culto judío, vestidura denominada colarisis, que iba sujeta al cuello y descendía hasta los talones. La estola de nuestros sacerdotes ha sido tomada del vestido femenino que llevaban las Galli o bailarinas del templo, cuya función era la del Kadashim judío (véase el Libro II de los Reyes, cap. XXIII, 7); su cinturón de castidad procedía del ephod de los judíos y de los cordones de los sacerdotes de Isis, quienes hacían voto de castidad (si se quieren más detalles que confirmen lo expuesto léase a Ragón).
Los paganos antiguos utilizaban el agua bendita o lustral para purificar sus ciudades, campos, templos y hombres, exactamente como se practica ahora en las regiones católico–romanas. A la puerta de los templos había pilas bautismales llenas de agua lustral, que recibían los nombres de favisses y aquiminaria. El pontífice o curión (de aquí se deriva el nombre español de cura) sumergía en el agua lustral una rama de laurel antes de ofrecer el sacrificio y acto seguido rociaba con ella a la piadosa congregación; lo que entonces recibía el nombre de lustrica y aspergilium se llama hoy en día aspersorio o hisopo. E1 hisopo de las sacerdotisas de Mitra era el símbolo del lingam universal, que se sumergía durante las ceremonias en leche lustral, rociando con ella a los fieles, con lo cual trataba de representarse la fecundidad universal; por lo tanto, el empleo de agua bendita en el cristianismo es un rito de origen fálico. Además, la idea que preside este hecho es puramente oculta y pertenece al ceremonial mágico.
Las purificaciones se verifican por medio del fuego, el azufre, el aire y los elementos. Se recurría a las abluciones para llamar la atención de los dioses celestes; y para conjurar y alejar a los dioses inferiores, se empleaba constantemente el aspersorio purificador.
En muchas iglesias griegas y romanas se suele pintar la bóveda de los templos de color azul y con estrellas doradas para representar la bóveda celeste, costumbre que no es más que una copia de los templos egipcios, en donde se adoraba al sol y a las estrellas. En Oriente se rinde el mismo homenaje que las arquitecturas masónica y cristiana rindieron al paganismo. Ragón demuestra plenamente este hecho en sus volúmenes, hoy en día desaparecidos. La “princeps porta”, la puerta del mundo y del “Rey de la Gloria”, cuyo nombre designaba antiguamente al sol y hoy en día se aplica al Cristo, su símbolo humano, es la puerta de Oriente encarada hacia ese punto cardinal en todo templo o iglesia. Por esta “puerta de la vida”, a través de la cual entra diariamente la luz en el cuadrado oblongo4 de la tierra o Tabernáculo del Sol, es introducido el recién nacido en el templo y llevado hasta la pila bautismal. Las pilas bautismales se colocan hoy en día a la izquierda del edificio (el sombrío norte de donde parten los “aprendices” y en donde sufren los candidatos la prueba del agua) que es, precisamente, el lugar en que se ponían antiguamente las piscinas de agua lustral, lo cual se explica sabiendo que las antiguas iglesias habían sido antes templos paganos. Los altares de la pagana Lutecia fueron enterrados y descubiertos bajo el coro de Nuestra Señora de París; el pozo en donde se conservaba el agua lustral existe todavía en esa iglesia. Casi todas las grandes iglesias antiguas del continente, anteriores a la edad media, habían sido antes, templos paganos sobre cuyos emplazamientos fueron construidas aquellas por orden de los obispos y de los Papas. Gregorio el Grande dio sus órdenes al monje Agustín de la manera siguiente: “Destruid los ídolos, pero nunca los templos, los cuales debéis rociar con agua bendita, colocando reliquias en ellos, para que los pueblos adoren en donde tienen por costumbre hacerlo”.
Basta consultar las obras del cardenal Baronio para encontrar la siguiente confesión hecha en el año XXXVI de sus Anales: “Le ha sido permitido a la Santa Iglesia apropiarse de los ritos y ceremonias utilizados por los paganos en su culto idolátrico, porque ella (la Iglesia) los regeneró por medio de la consagración”. Leemos en las “Antíquités Gauloises”, de Fauchet, que los obispos de Francia adoptaron las ceremonias paganas con objeto de convertir a los paganos al cristianismo. Esto aconteció cuando los galos eran todavía paganos. ¿Se realizan esos ritos y ceremonias en la Francia cristiana con espíritu de gratitud y de reconocimiento de los paganos y sus dioses

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