viernes, 2 de septiembre de 2011

Masones canarios del siglo XIX ( IV )

 La imágen procede del sitio Gaviño de Franchy editores

  Nace nuestro biografiado el 13 de julio de 1850 en la capital tinerfeña. Hijo de Francisco de Paula Estevanez teniente coronel de infantería e Isabel Murphy. De niño queda huérfano al cuidado de su  paciente abuela y como tutor el médico  Bartolomé Saurin que le inclina a ideas liberales más avanzadas de la época Traslada su residencia y estudios a la ciudad  de La Laguna donde  muestra sus primeras inquietudes infantiles estudiando además dibujo. A los doce años  solo le quedaba su hermano mayor, y puede asegurarse que  su ejemplo a seguir como hombre de acción y pensamiento político.
   En la década de 1870 comienza a identificarse con su tierra, más que todo a la inestabilidad regional que a esta debilitaba en conflictos internos principalmente con la vecina isla de Gran canaria. Mención importante a los problemas internos que también achacaban a la España de finales del XIX, como los problemas con el constitucionalismo y el republicanismo que acrecentaban los problemas con las colonias que hacían mas complicada la estabilidad política nacional.
   De muy joven ya identificado con las ideas más avanzadas junto a su hermano supo escoger y seleccionar sus amistades con muchas afinidades y puntos en común. Un círculo muy selecto de jóvenes intelectuales con las mismas inclinaciones e intereses por una España y una canaria más liberal y republicana. Dentro de este circulo podemos destacar como es natural varios hermanos masones canarios.
   Con solo veinte años brinda una amena e interesante charla en la  sociedad instructiva de la laguna sobre “Progreso Intelectual”, algo que siempre le preocupó y veía como origen de muchos males sociales. Dio muestras de buena oratoria y capacidad intelectual.
   En 1872 se une a su hermano Nicolás en Madrid que se había destacado en la política española, con el se codeó con las principales figuras republicanas y liberales de la primera república. Nicolás fue gobernador de  Madrid y Ministro de la guerra en el efímero gobierno del masón Pi y Margal.
   Con la caída de la republica su vida y sus ideas corrían peligro, lo que le obliga a hacer un largo periplo por Portugal, Inglaterra y Paris, donde continúa puliendo y mejorando se forma de pensar.  En todo este tiempo madura, lee y escribe. De regreso a  España continúa colaborando con periódicos y  revistas como Las Noticias, El Memorandum y la revista de Canarias, así como algunos de México y Cuba. Se destaca además en el Globo, de Emilio Cautelar.
   En 1880 y con una economía mas que deteriorada regresa a su querida Tenerife donde sigue trabajando arduamente en diferentes publicaciones y sobre todo, llevando ideas al pueblo de progreso, cultura y amor a la tierra que nos vio nacer. Hacemos mención de algunas fechas relevantes  en su vida:

-         En 1884  Adquiere  el periódico La Ilustración.
-         1886  Funda el Diario de Tenerife.
-         1889  Se casa con Maximina López Moreno.
-         1898 Presidente del gabinete instructivo  de Sta Cruz de Tenerife y de la Asociación de Prensa.
-         1903  Funda la revista Artes y Letras.
-         1906 Concejal de Ayuntamiento de Sta cruz de Tenerife y luego Vicepresidente.
-         1913 - 6 de agosto ingresa como académico de número en la Real Academia  Canarias de Bellas  Artes.
   En los primeros años del siglo XX de destapa una  epidemia de peste bubónica donde muchos tiene que trabajar unidos en su erradicación, nuestro biografiado se destaca en su preocupación por la misma. Era uno de los primeros  visitadores de El Lazareto lugar donde llevaban a los mas enfermos y donde  la labor de sus fieles amigos los médicos Pisaca  y  Moreiras  era significativa. Allí en primera fila estuvo en múltiples ocasiones nuestro H:.Patricio llevando consuelo y  animo.
   Punto y aparte de las múltiples preocupaciones del pueblo español y el canario lo fue siempre el pleito insular entre las islas asunto de grandes preocupaciones para patricio.
   1914 fue un año duro para el donde recibe el primer de los peores golpes que recibiría, muere su hermano Nicolás y en 1917 otro duro golpe, tiene que cerrar su preciado Diario de Tenerife, hecho que supuso un durísimo golpe y le aportó profundo dolor, era su mayor logro. Sus amigos y HH:. en 1923 como homenaje, ayuda y reconocimiento a su ardua y fecunda labor periodística, le editan de forma extraordinaria una edición dedicada a el, aunque temporal recordó viejas alegrías. Su última alegría fue ver casar a dos de sus hijas.  En  homenaje y para perpetuar su memoria se erigió un busto en los jardines de la iglesia de San Francisco.
Facsimil de la primera edición del Diaro de tenerife

   Su compatriota Leoncio Rodríguez nos narra su último viaje:
“Y una mañana del mes de agosto viose salir un féretro de la vieja casa solariega, Traía una sencilla corona de retamas. Arriba, en las ventanas, tras los empañados cristales, perfilabanse varias caras demudadas de llanto. Lentamente, por el sinuoso camino sembrado de cardos, abrióse paso la pequeña comitiva. Al llegar frente a la puerta serrada de la iglesia, el sonido de una campana, doblando por el muerto, hizo ahuyentar  los gorriones de los aleros de la ermita. ! Emotiva despedida al más ilustre feligrés de los contornos ¡
También de su vida y obra nos habla su coterráneo Víctor Zurita:
“La obra de don patricio Estevanez, modesta, no por falta de potencialidad ni de validamiento, fue un ejercicio constante de ciudadanía. Su obsesión, su tarea cotidiana, rara vez interrumpida, no fuera mas que ese angustioso anhelo, y su vida toda llena de un elevado afán de perfeccionamiento y posteridad de su pueblo en una culminación de cultura y de belleza donde el esfuerzo cívico de sus habitantes  levantase el santuario de sus tradiciones y prerrogativas”.

Aqui ya en su vejez

   Fue  un prestigioso miembro de la RL:.Tenerife n. 114  con el N:.S:. de Tinguaro, donde se desempeño cabal y  fraternalmente como Orador y director de  la revista del taller.
  Muere en su tierra natal el 28 de agosto de 1926 dejando un hondo sentimiento de afecto a quienes le conocieron.

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