No sé si es
arriesgado adentrarme en el laberinto de la realidad española, pero aunque
extranjero, disfruto, aporto y sufro lo mismo que la inmensa mayoría de los
españoles. Amén de que ejerzo el derecho constitucional a la libertad de
expresión, cosa limitada en mi país.
Hace unos días,
leyendo el interesante texto “Hay alternativas”, muy esclarecedor y explicativo
sobre la realidad española, he entendido
muchos elementos que podrían aclarar el por qué de lo que sucede hoy.
Debemos indicar
que no somos economistas, ni politólogos como los escritores del texto
mencionado, somos ciudadanos sencillos que como otros muchos indignados por la
situación que vivimos no alcanzamos ver la luz del túnel porque son otros quienes
nos la tapan.
No somos, aunque
miremos hacia ese lado, ni de izquierdas, ni de derechas, ni aún de vanguardias
(como diría un H:.) somos en todo caso miembros de la Orden de la “escuadra y el
compás, y eso desde mi punto de vista, es suficiente.
Hago un poco de
historia: el siglo XX en España comienza muy mal. Arrastra el eco de la efímera
primera República y las pérdidas dolorosas de las colonias de Puerto Rico,
Filipinas y la Perla del Caribe, Cuba. Un rey casi impuesto, cuatro presidentes
en once meses y el fantasma de la iglesia comiéndoles los talones, significa
para España un comienzo desastroso para un siglo que prometía mucho.
Si sumamos el
desastre del rey Alfonso XIII y la dictadura, blanda pero dictadura de Primo de
Rivera, todos los pasos estaban lastrados también por la cruz católica.
La II República
española nace el 14 de abril de 1931 pero Añaza y compañía, pese a sus buenas
intenciones y trágicos errores no lograron la estabilidad de una nación que
tras una feroz Guerra Civil inicia el periodo franquista, cuya influencia todavía
hoy podría decirse sufren los españoles.
La ecuación franquismo
e iglesia refleja en gran medida la forma de actuar y pensar que caracteriza a
la sociedad de este país.
Tras la agonía y
muerte de Franco, las condiciones internas y externas de España favorecen los cambios.
Se impone un Rey que comienza su reinado con la frase: “En la emoción en el
recuerdo a Franco, viva el Rey” y “España en libertad.”
Vamos ahora a
detenernos en un hecho que a nuestro entender es crucial para la realidad
actual.
Congreso de los
diputados, 18 de noviembre 1976, Juan Carlos I reina, y gobierna Adolfo Suarez.
Se quiere votar un Proyecto de Ley de Reforma Política. ¿Quiénes votarán?, ¿los
mismos franquistas? Pues sí, ¿cómo y por
qué los franquistas votarían un Proyecto de Ley que, supuestamente, iba a desbaratar
sus viejas y anticuadas estructuras?
Porque en la práctica no serían los más
perjudicados. Téngase en cuenta que los crímenes del franquismo nunca fueron
juzgados, motivo que todavía hoy no resulta convincente para algunos. Todo esto
quedó en “¿la memoria histórica?” Ley que se aprueba con 425 votos a favor, 59
en contra y 13 abstenciones. En este sentido, entiendo que solo una cuestión
política y de conveniencia explica que los franquistas abandonaran el
franquismo.
Esto me hace
pensar que el conservadurismo político y el fanatismo religioso conduce al
pueblo a la ignorancia y la ignominia para hacerlo más ignorante y manipulable.
“Fiestas, tradiciones y vino que de la crisis salimos” parecen decir los
responsables que la han causado mientras se busca cada vez más medidas con las
que estrangular a la ciudadanía que siempre, siempre, termina por pagar los platos
rotos.
El caso es que tanto
las instituciones como el gobierno no hacen cuanto deben y pueden por salir de
este atolladero. El estado no recauda lo que debe, sobre todos a las
afortunadas grandes fortunas y empresarios que dicho sea de paso los que mejor
son tratados en la UE.
Un asunto
relevante y digno de destacar es que el estado español solo ingresa al PIB el
32%, una cifra baja si la comparamos con nuestros vecinos. Conjuntamente con
las amplias desigualdades sociales que esto implica, evidentemente, solo amplia
la brecha entre ricos y pobres principalmente en sectores como la educación y
la salud, pilares fundamentales del llamado “estado de bienestar” a los que
tanta referencia se hace. Y no nos vengan con la historia de que se ha vivido
por encima de nuestras posibilidades,
comparto la idea de que hemos vivido por debajo de nuestras necesidades. Este “estado
de bienestar” es la principal obligación y deber de las instituciones y sobre
todo el estado, El conservadurismo social y ético y el legado franquista en la
economía solo nos aleja de ese nivel social añorado, sobre todo por la clase
obrera.
Una clara y
evidente mera conclusión a lo antes expuesto, es lo que se recoge en las
encuestas sobre lo que piensan los españoles y sus preocupaciones que son un
fiel reflejo del trabajo de los políticos, legisladores y banqueros, por orden
son:
El paro: debido a la mala administración política y económica.
La economía: mala gestión de banqueros y políticos.
Los políticos: su incompetente capacidad y su demagogia
llega a los votantes el gran medida. Pero la más mala nota se la llevan los jueces y funcionarios de hacienda, los primeros
son responsables de una justicia injusta, lenta e ineficaz, que sus demasiados
enramados solo llevan a un camino sin fin, los segundos de la excesiva
burocracia.
Ahora se
pretenden reformas que hasta “el breve” apoya y que solo limitan derechos a los
trabajadores para beneficiar a los ricos empresarios, ¿como ayudar a los bancos como premio a su mala gestión y no se ayuda a los deshausiados?
Puede que a largo plazo,
aporten puestos de trabajo (no estoy seguro) pero de lo que si estoy seguro es
que van en detrimento de la dignidad de
la clase trabajadora que como siempre cargan sobre sus hombros los errores de
los “intocables”, esos banqueros y políticos que pagan su incapacidad e
irresponsabilidad con astronómicas pensiones, y como dice Julio Iglesias, “la
vida sigue igual”, continuamos haciendo cultura asesinando toros, tolerando
leyes sin justicia, donde hay mas políticos que médicos por habitante y donde
los más ricos aportan más que los más pobres así seguimos bebiendo vino y
comiendo paella.
Por suerte un
grupo heterogéneo de personas “indignadas” se aglutinan dignamente en torno al
15-M dando muestras de vergüenza ciudadana. Esperemos se organicen mejor y sus
ideas de indignidad por la realidad lleguen a buen puerto. Los admiro pero les
recomiendo unidad y claridad ideológica.
A los
responsables de las calamidades ajenas, tarde o temprano les llegará su hora,
La ley Kármica domina nuestra existencia terrenal
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