viernes, 25 de julio de 2014

Amarga decisión del Sup:.Consejo del 33º para la república de Cuba


IPH. Activos y Supernumerarios.
Masones en Grados y Jerarquías de Cuba y el Mundo.
A  quien pueda interesar.

Cuando fuimos convocados el pasado mes de Septiembre de 2011  por el IH. José  Ramón González Díaz, Gran Maestro de la Masonería en Cuba, para una reunión Urgente con los miembros del Patronato Nacional del Asilo Masónico Llanso para comunicarme la decisión de su parte de ceder la dirección del mismo al Supremo Consejo del Grado 33º para la República de Cuba, nosotros aceptamos dicha responsabilidad, y solicite a los miembros del Patronato y al Contador su colaboración y comencé mi gestión realizando un profundo análisis del deplorable estado constructivo de las instalaciones, al extremo que existía una notificación de la Dirección Municipal de la Vivienda desde el año 2001 que declaraba INABITABLE- REPARABLE todos los pabellones de la instalación.
Apoyado en la experiencia de más de 20 años de trabajo en el asilo del GIG. Raúl Acosta 33º, actual Director, organizamos una estrategia de trabajo que nos ayudara a rescatar de las ruinas el Asilo Nacional Masónico Llanso, nos dirigimos a todas las instancias para solicitar la necesaria ayuda, a las Oficinas de Atención a Organizaciones Religiosas y Fraternales, Atención al Adulto Mayor del Ministerio de Salud Pública, a las Logias de la Jurisdicción a través de un Decreto, a los masones cubanos en el exterior y a los  masones del mundo.
Gracias a la ayuda que cada cual pudo brindarnos en su momento comenzamos a trabajar y hemos podido lograr la reparación capital de 2 pabellones (Giberga y Gran Logia) también reparamos el Comedor General de la Instalación, se rescato el Parque para disfrute de los ancianos, se repararon todas las casitas, se hiso un comedor y una barbería nueva, se repararon los espacios por donde transitan los ancianos.
Se lograron beneficios que mejoraron la calidad de vida de nuestros ancianos gracias a que muchos oídos escucharon nuestra solicitud de ayuda y muchas manos nos hicieron llegar su solidaridad.
Hoy nos encontramos haciendo una reparación capital del Pabellón Chávez y después  de muchos esfuerzos por terminar la obra, hoy he tenido que tomar la decisión de detener la obra y mandar a los albañiles para sus casa, pues no tenemos cemento, ni dinero para comprarlo, y ya no se a quien dirigirme, a quien pedir ayuda.

Espero que pronto podamos reiniciar las obras que aún quedan pendiente y para eso contamos con la ayuda del Gran Arquitecto del Universo y la voluntad de los hombres.
Con Fraternal afecto,
Lázaro F. Cuesta Valdéz 33º
Soberano Gran Comendador

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