martes, 30 de octubre de 2012

Discurso Trascendental del GODF:. ( Doc Hist.)


Por Frederic Desmonds ( 1877 )


Hermanos,
La cuestión de la cual, los miembros de la Comisión me han hecho el honor de
nombrarme el ponente es, y no lo disimulo en absoluto, una cuestión de
considerable importancia. Requiero tan solo como prueba el considerable tiempo
que el Convento del año anterior y el que cada una de nuestras Logias hayan
considerado dedicarle de modo individual durante el curso de este presente año.
Requiero también como prueba el vivo y potente interés que aportamos todos hoy
en día para su definitiva solución, para que vuestra presencia, siendo muy
concurrida, aporte un testimonio irrecusable en este ámbito.
También me preocupa seriamente en este instante, Hermanos, el sentimiento
profundo de mi insuficiencia y mi sincero temor de estar por encima de una tarea
tan delicada y elevada.
Pero lo que me tranquiliza al mismo tiempo, Hermanos, es el pensamiento de ser
tan solo el intérprete de una Comisión, donde cada miembro está dispuesto, y bien
me consta, a secundar con su apoyo fraternal.
Por ello dirijo este pensamiento a mis Hermanos, de los cuales me atrevo a contar
con su indulgencia. Por mi parte, que estén totalmente seguros de que me
esforzare para ser digno, así como de mi respetuosa moderación de mi lenguaje y
de la alta confianza que ellos me han honrado.
Hermanos,
Nuestra Comisión, antes de estudiar la petición que ha sido sometida a su
apreciación, se ha preocupado de una cuestión previa.
La Comisión ha considerado si el estudio de esta petición en el Convento de este
año era apropiada y oportuna. También ha considerado la opinión de los delegados
de nueve regiones, -de los cuales se han pronunciado afirmativamente seis voces
contra tres. Cada uno de sus miembros ha recordado las diversas objeciones que
fueron presentadas en sus respectivas regiones. Permitid, Hermanos, poner a
vuestra disipación estas objeciones, y que aportéis aquellas observaciones que
hayan suscitado en el seno de la Comisión.
Presten atención, se nos ha comunicado, que si se suprime actualmente este
artículo de la Constitución, van a separar el Gran Oriente de Francia de todas las
potencias masónicas del mundo. Van a aislarla del seno de la Masonería universal.
Si suprimen este articulo, harán surgir una agitación dolorosa en las logias y
provocar en el seno del Gran Oriente de Francia un cisma lamentable.
Si suprimen este artículo, no duden que los enemigos declarados del nuestro Gran
Oriente de Francia aprovecharan nuestra decisión para extender calumnias sobre
todos los masones, denunciándoles al mundo profano, como materialistas o ateos.
Y con estas circunstancias, ¿no podría ser acaso esta denuncia dañina para la
Masonería y sobre todo para las nobles y generosas ideas que tiene como misión
defender y propagar?
Así son, Hermanos míos, si no me equivoco, las principales objeciones que los
partidarios del aplazamiento del debate nos han comunicado.
Tampoco hace falta decir, cuantos miembros de la Comisión han sido unánimes
para reconocer, no solamente la sinceridad incontestable de aquellos que nos han
sometido, sino también el considerable valor de cada uno.
Tampoco hace falta decir sobre todo, aquella legítima deferencia, con la que la
Comisión ha acogido las observaciones siempre paternales, que después de tantos
años representa el Gran Oriente de Francia, así como la incansable abnegación, de
la cual la Asamblea de este presente año viene a rendir su testimonio tan legítimo e
impresionante.
De todos modos, mis Hermanos en virtud de este adagio que es nuestra divisa para
todos:
Amicus Plato sed magis amica veritas

De aqui nacióel posterior Cisma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario