miércoles, 25 de mayo de 2011

Weyler, Sus desmanes en Cuba

Copia de periódico que publica el Bando de Reconcentración

   Valeriano Weyler y Nicolau, nace en Palma de Mallorca el 17 de septiembre de 1838 hijo Maria Nicolau y de Fernando Weyler medico militar que le indujo en la carrera de las armas, la que su interés y voluntad  brindaron magníficos dividendos. Con 25 años obtiene el grado de Comandante y con 40 el de Teniente General.
Participo activamente en las campañas de Cuba  en la llamada guerra de los 10
Años (1868-1878) y en la Guerra Necesaria (1895-98), en 1861 participa en la campaña de Santo Domingo, en 1878 es designado Capitán General de Canarias donde se destaca como administrador militar. Luego en 1883 es trasladado a Filipinas y luego a Cuba donde su trabajo es tristemente recordado. En 1909 como Capitán general de Cataluña se destaca por su mano dura en la llamada Semana Trágica de Barcelona. Posteriormente lidera un golpe de estado contra el dictador Primo de Rivera en la llamada Sanjuanada.
   Fue Ministro de la guerra en tres ocasiones, Senador vitalicio, Marques de Tenerife  Y Conde de Rubí y otras condecoraciones que obtuvo por sus” victorias militares” .Tuvo una intensa vida política, militar de más de 70 años de servicio, muere en Madrid el 20 de octubre de 1930 a la edad de 92 años. Dos de sus hijos siguieron la carrera militar. En Santa cruz de Tenerife  curiosamente, como sucede en ciertos lugares todavía actualmente con Franco, una plaza perpetúa su nombre.
   Su estrategia militar de la reconcentración, que luego explicaremos y su táctica de dividir las poblaciones entre fortificaciones militares fueron la base de sus tácticas, que en Cuba no le resultaron muy efectiva, y si la de la reconcentración que consistía en concentrar  a los campesinos fuera de los centros poblacionales para que no pudieran ayudar a los insurrectos, eso le valió el sobrenombre de “sanguinario” debido a que principalmente diezmó a los habitantes de  la zona occidental de la isla en casi la tercera parte de estos.
   Los varios historiadores que han estudiado este  triste episodio en la historia de Cuba  no han podido  determinar la cantidad exacta de victimas de su política de muerte y exterminio, cuando los peores carniceros del siglo XX ni pensaban en tales tácticas de aniquilación. Con toda seguridad Hitles y Stalin fueron fieles seguidores.  Un tercio de la población cubana sucumbió gracias a sus órdenes. Tal ambiente indescriptible de muerte y desolación minó  la Isla en plena guerra por la independencia. En 1897 Carlos  Alfert, se hace cargo de la alcaldía de Sagua la Grande y ante la situación que veía en las calles expresó:
“La viruela y todo genero de enfermedades asociadas al hambre hacían estragos inenarrables, el horrible espectáculo de la reconcentración estaba pues en su apogeo. Bandas de andrajosos famélicos pululaban día y noche por nuestras calles implorando no ya pan, sino un inmundo hueso que roer, esqueletos ambulantes hinchados por la hidroemia caían agobiados para morir sin piedad y sin misericordia”.
Refiere Miguel Cruz que William J. Calhoun (periodista norteamericano de la época) realizó un estudio de campo para conocer de primera mano la desesperada situación de la población cubana en la zona central de la isla y expresó:
“… entré en las chozas, hable con la gente y vi pruebas de privaciones y sufrimientos que hicieron sangrar mi corazón por la pobres criaturas… Vi niños con miembros hinchados y aspecto hidropico que de debía al hambre. En mi opinión, si la actual situación continua dará por resultado, la extinción gradual pero cierta, de estas gentes.
   Se afirma por varios historiadores que esta “táctica militar” de Weyler en un país que tenía millón y medio de habitantes a finales del siglo XIX, produjo alrededor de 300 000 muertes por hambre y enfermedades. Solo en la habana se afirma mas de 50 000 perecieron.
 José Canalejas político español afirmó poco tiempo después:
“Que aún antes de terminada la guerra cubana, entre los muertos caídos en el campo de batalla, por la enfermedades y la reconcentración decretada por Weyler ascendían aproximadamente a la tercera parte de la población rural de Cuba”.
   Aún así España perdió Cuba, y en los siguientes 50 años la historia declaró un ganador.
Esta forma de hacer la guerra a los cubanos amantes de la libertad y la independencia solo hizo aumentar su indignación,  a la corona española le valió el descrédito internacional por los horrores que vio el mundo. A los EE.UU. apurar su entrada en el conflicto y a España  salir de el con la cabeza baja.
Imágenes de reconcentrados

   Hoy en día muchos canarios no conocen las “hazañas” de quien da nombre a la céntrica plaza santacrucera en Canarias . No obstante los cubanos conocemos la historia y no olvidamos los horrores del “Bando de reconcentración” dictado por Valeriano Weyler en 1896 .Que la historia y Dios le juzgue.
No pondremos mas ejemplos escritos veamos las imágenes , que hablan por si solas.

Huellas de  la reconcentración de Weyler en Cuba. Imágen dantesca del cementerio capitalino en 1898


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