La
primera Logia Cubana
El
17 de diciembre de 1804 ocurre un hecho transcendente en la historia de la
masonería cubana. Ese día se le otorga la carta patente de constitución a la
primera logia creada para Cuba. Significativamente llevó su nombre en francés Le Temples des Vertudes
Theologales. Se sabe, por el documento de creación,
obrante en la Gran Logia de Cuba A. L. y A. M., que la mayoría de sus miembros
eran franceses procedentes de Haití y que venía funcionando desde hacía dos
años. Es necesario aclarar aquí dos aspectos fundamentales con respecto a esta
logia: el primero es que su surgimiento oficial en Cuba en justo en el año en
que las tropas napoleónicas invaden Haití; el segundo que, para ese entonces, ya
Napoleón había supeditado el Gran Oriente de Francia a sus intereses
imperiales. Ello explica que los masones franceses provenientes de Haití
buscaran la carta patente de constitución para la nueva logia en un cuerpo
masónico norteamericano, la Gran Logia de Pensilvania –en la época, centro
político de Estados Unidos– de modo tal, que no quedaba supeditado ni al Gran
Oriente Francés ni a la Gran Logia británica. Por sus características, parecen
más bien asociados a los girondinos, al estilo Lafayette, opuestos a Napoleón y
republicanos de convicción. La masonería, tanto norteamericana como la de la
Louisiana, tenía influencia republicana, que también se expresaba en los
contenidos del Rito Escocés de Antiguos y Aceptados. Este último tomaba forma
en América. Una habilidad de los bonapartistas fue aceptar este rito en el Gran
Oriente de Francia.
La
primera logia creada en Cuba pronto se transformó en la primera logia cubana;
cambió su nombre al español, El Templo de las Virtudes Teologales. Para ese entonces, la mayoría de sus
miembros eran criollos. En los anales de la historia de Cuba esta logia ocupa
un lugar destacado en los procesos iniciales relacionados con el pensamiento y
la acción independentistas. Su primer Venerable Maestro lo fue el francés Joseph
Cerneau. Hasta ahora no he podido encontrar documentación que aclare la
verdadera significación de este personaje en las historias de Haití, Cuba,
Estados Unidos y Francia. Lo cierto es que los historiadores masones
norteamericanos lo catalogan como “el masón que más daño hizo a la masonería de
Estados Unidos”6; por su parte, los masones cubanos lo
llaman “entusiasta y combativo hermano”7; y el Gobernador de la Isla Salvador
del Muro y Zalazar, Marqués de Someruelos, le atribuye “un carácter
revolucionario”8, por lo que lo expulsó de Cuba. El
nexo entre Cerneau y Morin está aún por establecerse pero no hay dudas que el
primero fue un propulsor del rito escocés en su nacimiento.
Es
en el seno de esta logia, en 1809, que surge una de las primeras conspiraciones
separatistas cubanas, conocida en nuestra historia como la de Román de la Luz,
por ser ésta la figura a la que se le atribuye la dirección de la conspiración.
Las principales personas comprometidas eran todas miembros destacados de El
Templo de las Virtudes Teologales; entre ellos el propio Román de la Luz, rico
hacendado habanero; el celador de la logia,
Manuel
Ramírez y el Capitán de Regimiento de Blancos de la Habana Luis Francisco
Bassave.
Eran miembros de la conspiración no sólo estos destacados masones, sino también
negros y mulatos libres. Las causas por las que conspiraban, es decir los
objetivos del movimiento, son aún de imprecisos contornos y de actuales
debates.
De
todos los miembros de la logia involucrados en la conspiración, el de mayor relieve
histórico lo es José Joaquín Infante. Abogado bayamés y participante del cuerpo
jurídico español en la Cuba, Infante pudo escapar a las detenciones realizadas
por el poder colonial.
Poco
después, se encontraba en Venezuela formando parte del movimiento
independentista bolivariano. Lo que le dio especial trascendencia en la
historia cubana fue que redactó y publicó la primera constitución para una
república independiente. Es probable, aunque el dio dos versiones diferentes,
que redactara el documento constitucional alrededor de 1810; pero lo publicó
por primera vez en Caracas en 1811, un año antes de que en España se aprobara
su primera constitución, la de Cádiz. La lectura de este documento permite
llegar a dos conclusiones: la primera es la evidente influencia de la primera
constitución haitiana, elaborada por Toussaint Louverture; la segunda, que
marca su esencial diferencia con la constitución española de Cádiz de 1812, es
la presencia de la concepción masónica contenida en el Rito Escocés Antiguo y
Aceptado. El paso más osado, para su época, lo constituye la declaración del
Estado Laico, es decir, la separación de la Iglesia y el Estado, la separación
de poderes del estado y el establecimiento de la libertad de religión unido al
otorgamiento de las otras libertades y la soberanía del pueblo. La constitución
de Infante marcó un camino que se repetirá en todas las constituciones cubanas
posteriores; marcó, también, las diferencias de opciones entre un
republicanismo laico e independentista y un reformismo dentro de los límites de
la monarquía española9.
Por
su parte la figura del capitán Bassave, desde otro ángulo, presenta un
importante atractivo pues el capitán general Someruelo lo acusa de que
“convocaba y excitaba a los negros y mulatos, a la hez para soliviantase y
capitaneando esa turbamulta hubiera sin duda cooperado al plan de Don Román de
la Luz”10. Los documentos relacionados con esta
conspiración indican que Bassave gozaba de popularidad en los barrios más
humildes de la capital y que intentó insurreccionar al Batallón de Milicias
Disciplinadas de Pardos y
Morenos,
así como a cierto grupo de trabajadores negros y mulatos de los barrios pobres
habaneros. Estos vínculos se mantuvieron en secreto. El lunes 16 de marzo de
1812, organizado por José Antonio Aponte, negro libre carpintero, y a quien la
leyenda popular le atribuye haber participado en las tropas negras de La Habana
que actuaron en la guerra de independencia de los Estados unidos, se inició el
plan de acciones para tomar las principales fortalezas y cuarteles de la
ciudad. Aponte, con vínculos con la logia y con los masones del
Templo
de las Virtudes Teologales, fue apresado el 7 de abril de 1812, condenado a
muerte sin juicio y ahorcado el día 9. Su cabeza se puso en exhibición, en una
jaula de hierro, a la entrada de La Habana por el camino de Jesús del Monte.
Las
logias masónicas que funcionaron por entonces en Cuba fueron disueltas
alrededor de 1814. No obstante, el Templo de las Virtudes Teologales se
mantuvo, secretamente, durante el periodo de restauración del Antiguo Régimen
en la real persona de Fernando VII.
El
monarca había prohibido expresamente este tipo de organización dentro del
imperio hispano, por Real Cedula de 19 de enero de 1814, emitida por Consejo de
Regencia mediante la cual se creaba el delito de francmasonería. El 1820,
después de años de actividad secreta, reapareció el Templo de las Virtudes
Teologales como parte de las libertades otorgadas durante el llamado trienio
constitucional (1820-1823).
5
Diario de la
Habana (martes
24 de marzo de 1812), t. IV, no. 594, 1.
REHMLAC ISSN
1659-4223
Número Especial UCLA - Gran Logia de
California
6
Aurelio Miranda y Álvarez, Historia documentada de la masonería en Cuba (La Habana, 1933), 30. Sobre la figura
de Cerneau también puede consultarse Encyclopédie de la franc-maçonnerie,
133-134.
7
Francisco Ponte Domínguez, La masonería en la independencia (La Habana: Editorial Modas Magazins,
1954),
14.
8 Miranda y Álvarez, Historia documentada
Por
Eduardo Torres Cuevas , historiador cubano
De
la revista de Estudios Masónicos de la Masonería
No hay comentarios:
Publicar un comentario