domingo, 20 de octubre de 2013

Mensaje n. 6 A todas las potencias de nuestra amistad

                                         Gran Logia de Cuba de AL:. y AM:.

En el Oriente de La Habana, Cuba, a los 14 días del mes de octubre del año 2013, E.V.
Grandes Maestros de Grandes Logias de nuestra Amistad
Grandes Funcionarios
Muy Respetables y Queridos Hermanos:
Recibid primeramente el reiterado testimonio de nuestra amistad y fraternal afecto.
Este mensaje tiene como objeto informar un hecho de suma importancia que ocupa hoy a la Familia Cubana de la Masonería Universal.
Durante más de 50 años la Gran Logia de Cuba ha enfrentado un verdadero éxodo de hermanos, quienes por diversas razones (económicas, familiares o políticas) han emigrado a distintas partes del mundo. La mayoría de ellos lo ha hecho a los Estados Unidos de América, y muy especialmente al Estado de La Florida, donde han reconstruido sus vidas y familias, llevando siempre consigo la condición de masones cubanos, herederos fieles de nuestras tradiciones patrióticas y masónicas.
En las décadas de los años 1960 y 70 un grupo de Grandes Maestros y Pasados Grandes Maestros de la Gran Logia de Cuba, entre los que destaca el Pasado Gran Maestro Carlos Manuel Piñeiro y del Cueto (Gran Maestro por 10 años, artífice de la construcción de nuestro Gran Templo Nacional Masónico y miembro efectivo de la Conferencia de Grandes Maestros de Norteamérica por más de 20 años, hasta su muerte), idearon una estrategia para salvar la Masonería Cubana de una eventual intervención por parte del Gobierno. En aquellos años esta fue una posibilidad muy cercana, dado principalmente por el antecedente de lo ocurrido con la masonería de los sistemas totalitarios.
Dicha estrategia consistió en la creación de una Delegación de Masones Cubanos en el Exterior, radicada en el Estado de La Florida y con la anuencia del Gran Maestro de dicha Gran Logia, Muy Respetable Hermano Edwing Larson, emitida por decreto en el año de 1961. Dicha Delegación sería la encargada de organizar a los masones cubanos exiliados en talleres que, dada la eventualidad de que la Masonería en Cuba fuera intervenida, estarían listos para garantizar la supervivencia de la Gran Logia de Cuba fuera de su territorio jurisdiccional (como ocurre contemporáneamente con otras Grandes Logias que operan desde el exilio).
La evolución de los acontecimientos históricos conllevó a que esa posibilidad prevista nunca se materializara, razón por la cual la Gran Logia de Cuba se desentendió en los años 80 y 90 de aquellas formaciones que había creado, trayendo como consecuencia que la Conferencia de Grandes Maestros de Norteamérica y la Confederación Masónica Interamericana las declarase como “irregulares” e “invasoras” del territorio jurisdiccional de la Gran Logia de La Florida.
Aquellos talleres creados por la Delegación del PGM Carlos M. Piñeiro continuaron desarrollando una vida propia y, como lógica consecuencia, crearon en 1984 la Gran Logia de Cuba de A.L. y A.M. (en el Exterior), que recibió autorización Federal (en su carácter de asociación) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos de América –Sección 501 (c)(8)- situándola en este plano en igualdad legal al resto de las Grandes Logias de los Estados de la Unión. Es bueno destacar que la llamada Gran Logia de Cuba de A.L. y A.M. (en el Exterior) desde su fundación reconoció a la Gran Logia de Cuba de A.L. y A.M. de La Habana, como única autoridad masónica para el territorio de la República de Cuba y, en concordancia con ello adoptaron nuestra Legislación (con las variaciones necesarias al cambio de escenario), rito, rituales y liturgias, manteniendo durante 30 años la más estricta ortodoxia masónica y el cumplimiento cabal de los Antiguos Límites de la Fraternidad.
Hoy la Gran Logia de Cuba de A.L. y A.M. siente la necesidad de que se haga justicia histórica a estos hermanos nuestros, de quienes nos ha mantenido alejados el respeto a las normas dictadas por los usos y costumbres de la Regularidad Masónica y la prohibición expresa de nuestras leyes para permitir la intervisitación a hermanos de Grandes Potencias no reconocidas.
Durante los días 11, 12 y 13 pasados, sostuvimos una ronda de conversaciones para conciliar nuestros puntos de vista, con el auspicio e invitación del Supremo Consejo del Grado 33º del R.E.A.A. para la República de Cuba, en su sede de La Habana.
En intensas sesiones de trabajo dejamos esclarecidos en todos sus puntos la historia de los hechos y el rol desempeñado por cada uno de sus actores, así como definimos de conjunto una estrategia de futuro, encaminada a la regularización de la situación de nuestros hermanos y al ulterior reconocimiento por la Comunidad Masónica Universal y sus principales instituciones.
Los pasos definidos a este proceso se pueden sintetizar de la siguiente forma:
1.- Hemos cursado una carta al Muy Respetable Gran Maestro de la Gran Logia de La Florida de L. y A.M., solicitando de él la cooperación para la firma de un Tratado, en el cual dicha Gran Potencia de nuestra amistad acceda a que continúe trabajando en su territorio jurisdiccional (como ha ocurrido de hecho en los últimos 54 años) de una Gran Logia Unida de Cubanos en el Exterior –nombre que adoptará a todos los fines masónicos la antigua Gran Logia de Cuba de A.L. y A.M. (en el Exterior)-, la cual gozará de JURISDICCIÓN FUNCIONAL sobre sus Logias y miembros, en la tradición jurisdiccional emanada de la practicada en la Gran Logia Unida de Inglaterra.
2.- Cambio de nombre –a todos los efectos masónicos- de la Gran Logia de Cuba de A.L. y A.M. (en el Exterior) como GRAN LOGIA UNIDA DE CUBANOS EN EL EXTERIOR, con lo cual queda zanjada la dicotomía al existir dos Grandes Logias del mismo nombre, allanando así el camino para el ulterior reconocimiento por otras Grandes Potencias y por la Confederación Masónica Interamericana.
3.- La Gran Logia de Cuba de A.L. y A.M., asumiendo su responsabilidad histórica y con el pleno conocimiento de la ortodoxia del trabajo masónico que durante 30 años ha desarrollado la Gran Logia de Cuba de A.L. y A.M. (en el Exterior), extenderá de forma excepcional una CARTA DE AUTORIZACIÓN –basada en el antecedente jurídico de la Conferencia de la C.M.I. de Montevideo (Uruguay, 1947)- para que la nueva Gran Logia Unida de Cubanos en el Exterior continúe trabajando como Gran Logia, reconociendo con este acto su carácter regular.
Estamos solicitando con este mensaje el apoyo de las Grandes Potencias de nuestra Amistad, a fin de que el extenso abismo que ha separado a los masones cubanos a ambos lados del Estrecho de La Florida se convierta en un puente de Verdadera Luz, que engrandecerá la inmensa Familia de la Masonería Regular Universal y sentara un precedente ante la sociedad civil de la necesaria UNIDAD DE TODOS LOS CUBANOS.
Agradeceremos sumamente a todos los Respetables Hermanos que tengan a bien expresarnos sus criterios y adhesión a este proyecto que sentará un importante hito en la historia de la Masonería en Cuba.

Os saludo con un Triple Abrazo Fraternal.
Evaristo Rubén Gutiérrez Torres
Gran Maestro.


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