Por: José A. Ferrer Benemelli, de su libro La Masonería
A primeros de 1913, en Barcelona
surge la iniciativa de fundar un centro titulado
Los Derechos del Hombre para el que se propuso como director al doctor Luis
Simarro, catedrático de Psicología Experimental de la
Universidad Central de Madrid,
miembro de la logia Ibérica nº 7. de Madrid, y desde 1912 Gran
Comendador del Gran Oriente Español.
Esta propuesta debió inspirarse en
la gran obra realizada por Simarro
en defensa de Ferrer y Guardia,
sobre el que había publicado en 1911 dos gruesos volúmenes con el título de El
proceso de Ferrer y la opinión europea, que fue traducido en Bélgica con el
título de Un mártir de la libertad deconciencia.
La idea de la creación de una Liga
Española para la Defensa de los
Derechos del hombre y del
Ciudadano cristalizo a lo largo del año 1913, a raíz de una campaña en defensa
de la libertad de conciencia. Con este motivo, en julio de 1913, se conectó la
realización de tal campaña con la idea
de crear la Liga: Para
evitar que las energías surgidas y desarrolladas durante esa campaña —se decía
en la circular-- que tenia un carácter puramente ocasional, se esterilizaron
luego por falta de aplicación, pensó la Comisión de qué forma
podrían hacerse cristalizar en instrumentos de acción, que de una
manera continua laboraran para hacer respetar no sólo la libertad de
conciencia, sino también aquellos derechos de la persona humana, que
son considerados como inviolables en todo el mundo civilizado.
La citada campaña, promovida por
una comisión madrileña, algunos de cuyos miembros entrarían después a formar
parte de la Liga, se creó para apoyar la decisión ministerial del Gobierno
Romanones de eximir de la enseñanza del catecismo en las escuelas a los hijos
de padres no católicos que así lo solicitasen. En la comisión según la circular
estaban representados todos los disidentes de la religión oficial del Estado,
como los evangelistas, los israelitas, los anticlericales, los librepensadores,
etc., y también delegados de los masones y de todos los partidos políticos que
tienen escrito en sus programas la libertad de conciencia.
Finalmente la Liga Española para
la Defensa de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano quedaba
constituida en Madrid, quince años después de su homóloga francesa, el 23 de
noviembre de 1913. Sus estatutos van precedidos por la Declaración francesa de
los Derechos del hombre y del Ciudadano, de 1789, y en su título 1º se exponen
como fines de la misma los siguientes:
-
Defender las libertades públicas y.
sobre todas, la libertad de conciencia: la conquista de aquellos derechos que,
siendo patrimonio común de la civilización moderna, aún no han sido consignados
en nuestra legislación; la defensa permanente de los que están escritos en
nuestros Códigos, y la intervención en la defensa de sus afiliados, cuando con
ellos se cometa una arbitrariedad o una injusticia relacionadas con los fines
especiales de esta Asociación.
imagen Liga española pro-DH
Aquí en la foto de 1913 fíjense si la amplían que entre los fundadores hay intelectuales destacados como Dalí, Picasso, Machado, Miró y Galdós, así como masones relevantes de la talla de Morayta, Añaza, Gasset, Blasco Ibañez y Simarro entre otros. ¿No es relevante que tantos buenos ciudadanos se reúnan en un fin sublime como este?
Esta es una carta de Luis Simarro, presidente de la liga, cumpliendo con su deber.
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