lunes, 11 de abril de 2011

La Logia

Dibujo Masónico
  
    Llámese así el retiro silencioso de los hombres de buena voluntad; el templo  augusto de la caridad, el amor y la educación cívica donde se congregan los espíritus honrados para laborar por la redención de los pueblos, y el progreso de la humanidad en todas sus manifestaciones.

  Logia proviene de Loga, que en lenguaje Sánscrito significa Mundo. Efectivamente un Templo masónico es una reproducción en pequeño del planeta habitado, con su techumbre abovedada, azul como aparece el espació sin fin, con su sol, su luna, sus constelaciones de astros que cantan incesantemente la grandeza del artífice increado.

  La universalidad de la Institución masónica, su cosmopolitismo, su sana moral e inconmovibles principios, eternamente bellas como la creación misma, están representados de manera compendiosa en la Logia, cuyos atributos y símbolos hablan sin cesar al alma humana el idioma de la razón y la inclinan al cumplimiento exacto de su misión sobre la tierra.

  Ya lo hemos dicho otra vez, no pudiera significar otra cosa el Templo de los masones. Una casa cualquiera, una iglesia, un teatro, empequeñecerían la idea. Sólo al aire libre, a la luz del sol que nos da la            vida o entre las augustas tinieblas de la noche; sólo en un sitio consagrado a representar la majestad de lo infinito, caben bien los hombres de buena voluntad que se agrupan para hacer sacrificios de todo género en pro de sus semejantes.

  Allí donde se olvidan las preocupaciones, se acallan los recelos, se perdonan los agravios, se consuelan los mutuos dolores y se avivan las mutuas esperanzas; allí donde se va, sin envidia ni doblez, a dedicar un recuerdo a todo lo grande, a derramar una lágrima por todo pesar legítimo, a enviar un premio o un aplauso a toda acción noble; allí donde se busca el pan de la ciencia, el placer de la caridad, el apoyo desinteresado, el cariño paternal; allí donde se concilian encontradas ideas, intereses opuestos, contrarias creencias; allí donde se suavizan las asperezas de la vida con el bálsamo de la templanza, allí no puede ser la casa de un hombre, ni la iglesia de una religión errónea, ni un casino, ni un teatro, ni nada pequeño y mezquino; allí está el mundo laboratorio permanente del bien, en la Logia se educan los caracteres, se avivan la inteligencia se pule el espíritu. Es ella el santo refugio donde vamos a buscar la paz del alma, tras el rudo batallar del mundo profano, la escala misteriosa que nos conduce al cielo, sin nubes, de la grandeza infinita.

  Se ama la Logia porque ella es el símbolo de la patria. Se ama la patria, porque ella es un pedazo de ese todo armónico que puebla la humanidad. La Logia es el mundo. El Masón es el hombre en toda la plenitud de la vida intelectual. Allí está todo: la familia, el honor, la ciencia, la libertad, todas las grandes concepciones y todos los amores y todas las esperanzas.
¡Allí esta Dios!

Joaquín N. Aramburu
Gentileza del QH:.Camilo Condis


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